domingo, 16 de noviembre de 2008

CORTINAS QUE NO SE ABREN...


Por amistad o condescendencia se abstiene la gente a veces de decirle la verdad a los amigos.
Con ello en vez de hacerles bien les hacen daño.
Es el caso de algunos comediantes que se han propuesto como meta medir sus posibilidades y la popularidad que han alcanzado en el medio presentándose en las principales salas de espectáculos del país.
Más de uno ha fracasado en El Maunaloa, y nadie lo publica ni lo dice dizque para "considerarlos" y no "hacerles daño".
Eso les lleva a insistir y por ende a enfrentarse a nuevos fracasos.
Sin embargo cuando se presentan en "shows"de "car wash" se les llenan y logran el éxito.
Y es que por más que brinquen y salten, ése es su público natural, el pueblo, el populacho, o como le quieran llamar.
Y ese público no es el que va al Maunaloa.
Igual ocurre en el Teatro Nacional, que usted le regala las boletas de un espectáculo a la gente de los barrios, y no van porque consideran que ahí las mujeres tienen que ir con traje largo y los hombres con saco y corbata.
La gente se excluye ella misma de esos lugares, por complejos y prejuicios sociales.
Tambíen por el tema económico, pues la cantina de El Maunaloa y El Jaragua no tiene el mismo precio que la de un "car wash" de la San Vicente de Paúl, por solo citar un caso.
También se debe tener conciencia de cuales son sus posibilidades en términos de preferencia.
Si usted se acostumbra a presentar una oferta de consumo para el tigueraje, no puede esperar que lo vaya a ver la gente de otros estractos sociales.
El problema es que tienen de referencia a Ramond Pozo y Miguel Céspedes, de los cuales se puede decir que rompieron algunas de esas barreras sociales y se les ve como personajes simpáticos en capacidad de entrar a otros ambientes con su gracia y su particular estilo.
Hay otros que quieren hacer lo mismo, llegar al Maunaloa, al Jaragua, al Teatro Nacional, sin parar mientes en lo que Raymond y Miguel hicieron para ganarse esas posibilidades de aceptación a otros niveles.
En cuanto a qué hicieron, es algo que se lo voy a dejar de tarea a los comediantes del barrio.
Después de todo no tengo por qué dilucidar todas las estrategias...

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NIURKA BAEZ,
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