lunes, 15 de diciembre de 2008

PUBLICADA EN EL PERIODICO EL NACIONAL

ARTE NACIONAL
Por Joseph Cáceres

EL CALIFICATIVO DE EXCELENTISIMO


Durante la rueda de prensa en el Despacho de la Primera Dama Margarita Cedeño de Fernández en la que se dieron los detalles de la Gala de Navidad 2008, la señora Isabel Turull, dama del Directorio de Solidaridad Social, pronunció unas palabras en las cuales incurrió en el error de emplear inadecuadamente términos de saludos protocolares.
Al saludar la presencia de doña Margarita se dirigió a ella como ''excelentísima", calificativo este que no le corresponde, aún cuando se la esposa del presidente de la República.
Ese término se emplea para designar al presidente no a su esposa. Pero aquí es recurrente la practica de extenderlo a la primera dama en los actos públicos.

TITULOS MAL EMPLEADOS

Ocurre igual en actos donde se exalta la presencia del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, donde también se emplea mal el término de ''excelencia", cuando el que realmente le corresponde es el de ''su eminencia reverendísima".
Lo peor del caso es que esos errores los cometen también locutores y maestros de ceremonia, que se supone deberían tener un manual o conocimientos del protocolo cuando se habla de dignarios, autoridades eclesiáticas y títulos oficiales.
De eso precisamente conversaba con el colega Napoleón Beras, quien es maestro de ceremonia, y que con frecuencia ofrece cursos de oratoria y maestría de ceremonia.
Nos dice Napoleón que siempre insiste con sus alumnos en el conocimiento de los títulos adecuados y correctos al momento de conducir un acto o pronunciar un discurso.

LOS DESFASADOS

El problema es que en los últimos tiempos hay una serie de jóvenes que asumen el rol de maestros de ceremonia que dejan mucho que desear.
No solamente por los títulos que confunden, sino también por el vestuario que a veces usan en eventos que conllevan cierta formalidad.
Se está cometiendo el error de llevar como maestros de ceremonia a presentadores de televisión y animadores de espectáculos de tarimas que se aparecen con jean desgastados y poloshirt en actividades que demandan una vestimenta más formal.
En el afán de estar dizque ''in'', a la moda, marchando al ritmo de la nueva generación, se están relajando actividades serias por parte de la muchachada que emplean algunas empresas auspiciadoras de eventos.
Se desdeña a los verdaderos maestros de ceremonia con experiencia dizque porque ya están ''desfasados'', cuando los que están verdaderamente fuera de fase son esos improvisados muchachos de la televisión.

josephcaceres89@gmail.com

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