viernes, 9 de enero de 2009

ANIMALES FIGUREROS


El presentador de la TV alemana, Joerg Kachelmann, recibió una visita inesperada durante la transmisión en vivo de su telediario: un gato.
Mientras daba la previsión del tiempo, el animalito surgió, caminando entre sus piernas, y no le quedó de otra: tomó el gatito en los brazos y siguió hablando ante las cámaras como si nada.
Más tarde Joerg descubrió que el gato se llama Lupin y pertenece a uno de los empleados de la emisora alemana, que está de vacaciones.
Perto no hay que ir a Alemania para ver casos insólitos. Una vez en Teleinde, el canal de José A. Semorile, que tenía su local al lado del palacio de gobierno, donde ahora hay un edificio del Cuerpo de Ayudantes Militares, la esposa de un locutor del noticiario pasó a recogerlo por el estudio porque estaba a pie.
Cometió el error de ir con el perro de la casa y desde que este lo vió se le safó a la señora y fue directo al set a lamerle los cachetes al locutor y a menearle el rabo. El sorprendido locutor no sabía que hacer ante la situación embarazosa.
Hubo que irse a comerciales para quitarle el perro.
Cuando volvieron al aire, la señora ya tenía al animal controlado y el locutor siguió leyendo noticias.
Pero entonces el perro comenzó a ladrar para que lo soltaran y como quiera se dañó el noticiero con ese perro ladranlo.
!Saquenlo!, !saquenlo!, pidió el locutor en el aire, y la mujer que salir con el animal delk estudio.
Desde ese día Semorile prohibió entrar a la planta con animales.
A mi me sucedió algo parecido, pero fue con mi hijo Jonathan que en una ocasión en Caribe Show que en el momento en que realizaba mi sección de comentarios fue y se me puse al lado.
Tuve que allantar para hacer creer que era parte de la producción.
Pero hablando de Teleinde, un día contaré el montón de anécdotas que se dieron en ese canal, donde sucedían verdaderas locuras.
Por ejemplo, en programas de panel vespertinos, los camarógrafos dejaban las cámaras solas fijas, y se iban a la azotea a brechar a las vecinas que vivían en la casa de al lado.
Usted llegaba y se sorprendía de ver al productor de un programa hablando solo, sin camarógrafos, porque estos andaban brechando.

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NIURKA BAEZ,
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