CALLE LUNA, CALLE SOL

A diferencia de ahora en que no hay vinculación alguna entre los periodistas de arte de Puerto Rico y los de República Dominicana, en los ochenta había una especie de cordón ubilical entre la gente de la prensa de ambos países.

Imaginense, con la cercanía y las facilidades, en 40 minutos se da el salto.

Viajar a Puerto Rico siempre ha sido más fácil que ir por carretera a Bonao o a San Pedro de Macoris.

Y por eso estábamos a cada momento en Borinquen por cualquier ''quítame esta paja".

Además, fui jurado oficial por muchos años del Festival Internacional de la Canción y la Voz de Puerto Rico, con la participación de más de 20 países, organizado por Charlie Vázquez.

Eran cinco días de convivencia en el hotel y en el teatro, compartiendo con colegas y artistas de toda América, entre ellos Cristina Saralegui, cuando dirigía la revista Buen Hogar, y aún no tenía el Show de Cristina en la televisión.

Cuando Máximo Polanco, Emely Tueny, y luego Zoila Puello, Carlos Batista y Miguel Angel Herrera viajámos a Puerto Rico nos trataban como verdaderos príncipes.

Las figuras más importantes de la música y de la televisión siempre nos distinguían.

En el país se hacía lo propio con los boricuas.

Angelo Medina, el famoso ex manager de Ricky Martin, viajaba a Santo Domingo a cada momento y se quedaba a dormir en el denominado "palomar'' de Luis Medrano, quien al igual que él estaba ''en olla'' en ese tiempo, y vivía en un pequeño cuartito en la azotea del edificio de la Cervantes 151 altos, en cuya segunda planta estaba nuestra oficina de Producciones Artísticas.

Luis Medrano hablaba de que vivía en un ''pent-house'', pero el grupo de amigos decía que era una buhardilla, porque era lo único que podía pagar en esos tiempos de ''malaria'' cuando llegó de Yaguate, San Cristobal.

Pero volviendo al tema de Puerto Rico, en ese tiempo conocimos a Luis Vigoreaux, el más importante productor de televisión de Puerto Rico, padre de Luisito, quien le siguió los pasos.

Fueron muchas las veces que compartimos con él y su esposa Lydia Echavarría, y por ello me impactó tanto la circunstancia en que murió.

No podía creer que esa señora tan amigable y sociable, fue la que ordenó el asesinato y la incineración del cadáver de don Luis Vigoreaux por un asunto de celos, crimen por lo cual estuvo varios años en la cárcel.

Ese caso tuvo una repercusión muy grande no solo en Puerto Rico.

Traigo a colación el tema porque ahora veo que Lydia se asoció con Lourdes Chacón, la hermana de Iris chacón, para trabajar como actriz en el montaje de la obra "Mujeres sin...verguenza", una comedia en la que hace el papel de Juana Lamas.

La amiga Cinthia Urrutia me comunica que ella me invita a verla haciendo por primera vez una comedia, ya que siempre sus papeles son de personajes dramáticos.

En verdad, no soportaría ver a Lydia actuando y mucho menos en un rol humorístico.

Por más hilaridad que pueda provocar su personaje no sacaría de mí una sonrisa, porque viendola a ella haciendo chistes, de mi mente no va a poder desterrar la imagen de Vigoreaux carbonizado en el baúl de un carro, un crimen ordenado friamente por la actriz de "'Mujeres sin..verguenza".

Porque yo si que me respeto y tengo verguenza...

Preferiría mejor emborracharme de nostagia caminando por las calles del Viejo San Juan.

La calle San Sebastián...La Calle Luna, Calle Sol, a las que les cantaba Lavoe en una de sus célebres salsas, beberme una piragua de limón y fresa, hasta llegar allá al final a la casa de Nieve Luisa, donde de seguro hay lechón, pasteles y arroz con guandul del de anoche.

Qué recalentón, mi pana!.

Así que bye bye , Lydia Echevarría.

Perdoname, pero hoy no estoy en tí, ni mañana, ni pasado, ni nunca....

FOTOS:

1.- Lydia Echavarría

2.- Calle en el Viejo San Juan

3.- Un piraguero