MALTRATOS EN LA TORRE ACRÓPOLIS

Buenas noches señor Joseph:

Soy Pedro Beato, compañero de Milagritos Holguín en el programa radial Vive lo Nuestro de La Voz de las Fuerzas Armadas.
Acabo de llegar a mi casa (1:30 A.M.) después de una larga espera de 1 hora y 45 minutos atascado en el parqueo subterraneo de la Plaza Acrópolis.
Llegué a la plaza exactamente a las 8:44 minutos de la noche con la finalidad de ver la película Cristiano de la Secreta, con el fin de hacer el comentario de la misma en el programa.
La función estaba pautada para las 9:35 y finalmente comenzó a las 10:00.
Seguido terminó bajé al parqueo ya que me esperaban unos familiares con quienes "iba" a compartir un rato.
Cuando me subí al vehículo eran exactamente las 11:20 y sin exageración alguna me dieron las 12:20 parado en el mismo lugar y la fila de vehículos no avanzaba
Aproveché un poquito de señal que tenía justo en ese tramo y llamé al 911 para que enviaran una unidad porque ciertamente ya me estaba preocupando, porque entendía que no era normal.
Siendo justamente la 1:05 A.M. pude llegar a la puerta de salida. El muy nada inmutado "caballero" de la caseta malhumorado y grosero cuando le reclamé la negligencia y el abuso cometido por la plaza con semejante demora lo que me vociferó fue que si yo creía que él no era un hombre y haciendo ademanes con el radio de comunicación en mano, como insinuando que me golpearía con el mismo, cerró la caseta y se mudó a la de al lado dejándome parado sin prestarme nada de atención.
Figúrese usted qué situación, más de hora y media de demora, cero señal para llamar a alguien, y un conjunto de seguridad de la plaza midiéndome con intenciones que solo Dios sabe.
Me bajé del vehículo, subí a la rampa a buscar señal, cuando un policía me dice que para donde iba y le dije que a llamar al 911 porque me tenían secuestrado, a lo que él respondió que llamara hasta a un general que yo quisiera, pero nadie podía hacer nada.
Al ver mi actitud el oficial habló con el "caballero" de la caseta para que me cobrara la salida ya que las demás personas estaban tocando bocina. Indeteniblemente, tuve que pagar como si hubiera estado en la plaza por más de 4 horas.
El próximo martes (y todos los días en lo adelante) estaré narrando esta situación, porque me parece un atropello y un robo lo que están haciendo allí.
Una sola caseta de salida, cientos de carros queriendo salir y que nadie salga a dirigir la situación y que encima de todo te quieran agredir.
Señor Joseph, para mí eso es muy fuerte.
De verdad me gustaría que usted se hiciera eco de esto.
Lo hago responsablemente, y también quisiera su más sincera opinión al respecto.

Gracias mil,

Atte.

Pedro Beato

RESPUESTA

Pedro,

Lo que te sucedió te puede dar idea de como anda este país.
Por eso es que ocurren tantas desgracias y luego los periódicos, las iglesias y la gente habla de los niveles de violencia que se verifican.
Un centro comercial de servicios, que se supone debe tener una empleomanía adiestrada para dispensar un buen trato a la gente, lo que hace es permitir que se maltrate a los clientes.
Lo mejor que hiciste, después de todo, fue esperar a que te permitieran salir después de pagar por un tiempo que no consumiste en el parqueo.
Y lo digo porque cuando viene a ver te sale un wachtman analfabeto y te da un tiro, como si nada.
Es la realidad de nuestro país y uno tiene que prepararse para en lo posible no perder los estribos frente a los abusos y desmanes que se cometen aquí en todas partes.
Figúrate, los negros que están de porteros en algunas discotecas son los que les impiden la entrada a la gente de su mismo color que quieren entrar al establecimiento.
Vivimos en el país de "Sálvese quien Pueda",
Lamentablemente es así, amigo Beato.
Fuiste a ver "Cristiano de la Secreta", sin darte cuenta que en Acrópolis serías victima de la secreta hermandad de los indeseables troglodistas del parqueo.
Lo más que se puede hacer con esto es propalarlo y denunciarlo, y dejar de acudir a los cines y tiendas de Acrópolis a manera de protesta y como medida de precaución porque el lugar no es seguro.
Aunque esto, después de todo, adquiere un carácter simbólico, debido a la misma naturaleza del dominicano, que por cultura y tradición, ha permitido siempre que se le maltrate.
El Dios, Patria y Libertad, y el "quisqueyanos valientes alcemos" forman parte de un escudo y de las estrofas de un himno, que solo cuando nos interesa invocamos.
Con esto que decimos no queremos negar ni dejar de reconocer las insuperables hazañas de nuestos héroes de otros tiempos.