Sub-mundo (2da parte)
Escrito por: Cholo Brenes
Lean esto señores: “El número de niños de ocho a 12 años que consume crack, marihuana y cocaína en República Dominicana es preocupante.
Según el director de Hogares Crea, Leopoldo Díaz, en esa institución hay más de 100 niños entre esas edades que reciben terapia de recuperación”.
Miro hacia el pasado y hago un recuento de todo lo bueno que disfruté y malo –porque lo malo no se disfruta– que viví en la industria de la música.
“Lucy in the Sky with Diamonds”(Lucy en el Cielo con Diamantes) letra de John Lennon en su época de rock psicodélico y uno de los más famosos músicos y compositores de la música pop y rock del siglo xx junto a Paul McCartney, durante los años 60 al frente del grupo The Beatles, probablemente los más influyentes de la historia de la música popular y con un manejo de la composición y la lírica envidiable, y en la cual, contenía un mensaje subliminal diciéndonos únete a la marina y consume LSD (dietilamida del ácido lisérgico), una de las principales drogas en la categoría de los alucinógenos (las personas que la usan ven estrellas y colores).
¿Por qué les detallo esta historia?. Por el simple hecho de sentirme indignado al ver lo que hacen unos cuantos raperos-regetoneros con lo que ellos llaman música y de la cual yo soy unos de sus abanderados pero no así, así no.
Que no me digan que son un reflejo del barrio donde se criaron o de la sociedad (o suciedad), que tenemos cientos de casos de jóvenes del mismo barrio y del mismo nivel económico, Redimi2 (que en casi todas sus canciones habla de drogas, pero del daño que esta hace y no van pululando el consumo ni la venta de drogas). Este sub-mundo en que están sumergidos, tiradera, blim-blim, vehículos, mujeres, ¡mujeres! ¡No!
Porque sólo vende el morbo, sin importar la hora, el lugar ni el día, Ej. (Una joya de video del señor Conciente que presentado el lunes 9, en Digital 15 a las 12 del mediodía y sólo se vendían letras ofensivas, carne y sexo) y sobre todo mucha droga.
Detrás de cualquier rapero-regetonero nos podemos encontrar con la mano sucia del narcotráfico, el que utiliza este medio no sólo para blanquear dinero, porque en total es muy poco lo que reciben de vuelta, es como utilizan estos jóvenes para publicitar el consumo de drogas, como si fuera normal y es tan constante esto que están teniendo muy buenos resultados para ello.
Y es tanto lo que se bombardea al público infantil que es muy normal escuchar a un niño de 5 años cantar el “blim, blom, blim carapacho, yo no te lo me-- porque no estoy borracho” o “que yo fumo hierba, que yo fumo hierba” cuando él todavía a tan corta edad no sabe los que dicen sus palabras y que conste que estas canciones no suenan en la radio, por suerte.
Tempo, ese ídolo para todos los exponentes de este sub-género de gangsters-rap, en su disco Narcohampon, expresa supuestamente ser un narcotraficante y hoy en día cumple una condena de más de 20 años en prisión y sigue siendo uno de los patrones a seguir desde su celda.
Con una ley tan simple como la 6132 que dice “El derecho de expresar el pensamiento sin sujeción a censura previa”, ¿pero cómo esta ley puede condenar?
Si tiene contenido tan amplio y permisible, como si lo bueno y lo malo fuera lo mismo, en el cual se incluye un alto grado de criminalidad, es simple, la bala contra el huevo. Si ya están siguiendo los pasos de la guerra de tiraera que se creó en Norteamérica a principio de los 90 cuando exponentes de la talla de Tupac Amaru quien llegó a vender más de 9 millones de copias con un solo álbum y Notorious B.I.G asesinados en el 1996 y 1997 respectivamente, terminaron siendo otra víctima más de una industria de más de 130.000 millones de dólares, pero con mucho daño a su paso con su sed de sangre, drogas, sexo y dinero.
Así están los capos detrás de estos géneros, con una sed de sangre y dinero sin importar quien caiga.
Corremos el riesgo que de tanto, nadar, nos ahoguemos en la orilla.
Pero seguiremos nadando.
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