A QUIÉN LE CREO EN ACROARTE?

Por Marino Ramírez Grullón

Los miembros de Acroarte se deciden a votar este sábado para escoger a los ganadores de las estatuillas Premios Casandra y desde ya cada quién aunque nadie lo admita anda en lo suyo, es decir buscando que sus pupilos, ganen algo que es normal en una sociedad de competencia como es la dominicana.

Siempre se escogen chivos expiatorios para acusar y desacreditar, eso pasa en muchas instituciones, Acroarte no es la excepción.

Los que hacen relaciones públicas directivos, ex directivos, miembros y demás familiares andan en lo suyo.

Hay que decir que por más que se sustraiga un miembro de Acroarte al fin y al cabo es periodista, por tanto si recibe una oferta de promover en la prensa a un artista no va a decir que no, porque de eso es que vive.

Existe la doble moral, gente que es directiva y que hace ese trabajo a través de otros, ex directivos que cuidan su imagen que también ponen a segundos a hacer el trabajo, entonces cobran entre los dos.

En fin de todo hay que la casa de Dios. Acroarte no es la diferencia.

Lo malo es que muchos artistas para cubrirse buscan directivos y ex directivos, les hacen buenos contratos pensando que van a ganar, luego no lo logran y vienen las denuncias.

Claro, el de ganar una estatuilla no debería ir dentro de ese trato de relaciones públicas, pero el objetivo final es lograr ese figureo dentro de una premiación que más que artística ahora es social.

Fijense que desde hace algunos años las vestimentas, las prendas, y todo lo social es lo que predomina en la famosa alfombra roja que es una copia de los Oscar, pero además los Casandra es la única oportunidad que tiene la clase media social y farandulera para mostrarse en todo su esplendor ante la sociedad dominicana.

Ahí está el pleito casado, mansos y cimarrones andan en lo suyo buscando sus premios ante un evento que presenta previamente quien obtendrá el Soberano, es decir que el brillo de ese momento está por adelantando.

No se sorprendan de quejas y más quejas en torno a gente que fuese traicionada por votantes que les ofrecieron premios que luego no aparecerán como podría ocurrir en el Teatro Nacional el próximo martes 25.

* El autor fue directivo de Acroarte.