UN ANALISIS

Por lo visto en Telemicro se manifiesta una lucha de intereses por el control de algunos horarios.

Gente ligada a producción de programas en la televisora aseguran que Yoryi Castillo y su Yoryi Resuelve no ha sido excluido de la programación de la televisora, y atribuyen esa versión a rumores por parte de gente de la empresa de Alberto Bernabé (Bebeto) quien estaría interesado en ese espacio.

En ese sentido advierten que no es casual el hecho de que Jari Ramírez, quien pertenece a los programas de Bebeto, esté propalando la especie.

Dicen que ese plan no se le va a dar a Bebeto.

Ha resultado extraño, sin embargo, que el programa de Yoryi fuera repetido el pasado sábado.

Lo que si se advierte es que de manera paulatina Bebeto ha ido procurando expandir su influencia y ampliar sus horarios en la televisión.

De igual manera procura ampliar su presencia en el manejo de algunos artistas, lo cual le ha llevado a confrontaciones con otros empresarios a los cuales ha despojado de algunas de las figuras con las que trabajaban, como es el caso de Juliana y El Cata, que le quitaron a Peter Jiménez en Nueva York.

Llegado a este punto deseo analizar el curioso caso que se da con esta empresa, que sin duda se ha erigido en una de las más agresivas de las que hay en el medio.

Un análisis más bien informativo, periodístico, sin entrar en juicios de valor en torno a la

misma, lo cual no es nuestra intención, ojalá y se entienda.

La base fundamental del negocio es la promoción que le dan a los artistas que representan, los cuales a su vez se ven precisados a conceder fechas para bailes y espectáculos en condiciones sumamente ventajosas para la empresa de Bebeto.

Esa es la parte oculta que sustenta a esa empresa, cuyo ''fuerte'' propiamente no está en la publicidad que captan para sus programas, sino en los recursos que se derivan a los espectáculos y los bailables que organizan con los artistas que representan.

Es de los ''shows'' y bailes que organizan de donde salen las cuantiosas sumas que se necesitan para sustentar los espacios que tienen en la televisión, y eso es algo que Bebeto y su gente tienen bien claro.

En varias ocasiones han surgido desacuerdos y desavenencias con algunos artistas, pero en la empresa de Bebeto justifican su accionar y su comportamiento señalando que la publicidad y la promoción que hacen tiene un precio, con lo cual asumen sus negocios como parte de un intercambio.

En tal sentido cuentan con una cartelera de figuras nuevas, a quienes promueven, las cuales no tienen reparo en aceptar las condiciones que se les imponen, por lo menos en la etapa en que se encuentran actualmente. Cuando ya hacen nombre, otro gallo es el que entonces canta.

Algunos a veces se rebelan, como es el caso de Omega, que rompió con la gente de "El Poder", y recibió como respuesta un bloqueo.

Fue entonces cuando asumieron y promovieron ''con todo el pie'' al Sujeto, dándole de lado a Omega, quien al sentir los efectos y la presión, se vio debilitado y afectado en su desempeño.

Omega tuvo que dar marcha atrás y volver arrepentido al redil que había abandonado...

Para aceptarlo de nuevo en la esfera del ''poder'', se le hicieron algunas imposiciones, ''para que "respete".

Una de ellas fue tener que aceptar que Edín, el brazo derecho de Bebeto, se convirtiera en su manager

Es obvio que eso de ''el poder'' no ha sido asumido por Bebeto y su grupo como un simple nombre, que cambian a conveniencia, o forzado por las presiones de la gente de Supercanal .

En ellos está claro que el poder es para usarlo, y lo están ejerciendo no solo en su pulso televisivo, sino también con las fiestas y espectáculos que organizan tanto en el país como en el extranjero.

Después de todo su comportamiento no dista mucho del que emplean algunos directores y programadores de estaciones de radio, lo cual deja claro que no son ellos solos lo que procuran sacarle ventaja a la publicidad y promoción que se deriva de sus medios.

Los grupos tienen que concederles fechas para bailes recibiendo sólo el pago de la nómina.

De lo contrario, tendrían que olvidarse de escuchar sus discos en la programación de las mismas.

Si se revisara el itinerario anual en la oficina de contrataciones de algunas orquestas, muchas serán las fechas que aparecerían como parte del capítulo de promoción y de intercambio de servicios para poder sonar en la radio.