viernes, 21 de agosto de 2009

EL CARTEL DE LOS MACOS...

4099136_lLos robos de equipaje de pasajeros que en los últimos tiempos habían adquirido un nivel alarmante, sobre todo en el Aeropuerto de Las Américas, eran cometidos por un banda integrada por oficiales y personal adscrito al servicio aeroportuario.

Tras los atentados del 11 de septiembre, los aeropuertos y los equipajes de los pasajeros, es lo que más se vigila y se trata de asegurar en cualquier país del mundo, y la República Dominicana no puede ser la excepción.

Cómo es posible que a la vista de tantos agentes y organismos de seguridad y departamentos del Estado que intervienen en los aeropuertos, se estuvieran aquí perdiendo o violando tantas maletas, sin que nadie pudiera dar cuenta de ello?.

Fue necesario que el periódico El Día asumiera el asunto, para que se le pusiera atención y se descubriera quiénes eran los responsables.

Los mismos oficiales y empleados de la terminal de Las Américas eran los autores como se ha podido establecer.

Echaban las maletas de los pasajeros en un camión de la basura, que se ocupaba de sacarlas ”camuflajeadas” entre los desperdicios, sin que nadie se ocupara de revisarlo, y si lo hacían eran parte de la banda que le daban salida sin chequear que llevaba.

Tan seguros estaban del apoyo logístico y de la complicidad que tenían, que llegaron a cometer la osadía de separar y de llevarse contenedores enteros cargados de equipajes.

Es mucho lo que viajo, y puedo asegurar que aún cuando en otros destinos se cometen delitos, no como los de aquí, de manera tan descarada, frecuente y abierta.

De eso tampoco hay que asombrarse, porque si militares y policías son quienes andan cometiendo atracos y formando parte de bandas de narcotraficantes, qué se podía esperar de una cuya especialidad fuera el violentar maletas y desviar equipajes, para luego decirle a los pasajeros que ”no llegó en el vuelo”, pero que quizas llegarían al día siguiente, cosa que nunca podía ocurrir.

Todo esto es lo que hace a uno a veces renegar del país y desear haber emigrado, como lo han hecho otros, para luego sentir nostalgia y añorar ”la patria” desde lejos, naturalmente….

Lamentablemente ya es tarde.

Sólo queda el aprender a convivir ”con el enemigo”, sin doblegarse ni dejarse vencer por el mal .

Muchas veces se queda uno en el intento, pero qué podemos hacer?.

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NIURKA BAEZ,
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