miércoles, 24 de marzo de 2010

TOÑO, “EL ALTITA” QUE ES TODO UN ARTISTA

Por Johnny Arrendel

Hace unos años fui invitado y asistí a una fiesta por Navidad de una institución estatal. Toño Rosario y Frank Reyes estuvieron a cargo de los bailables.
Para entonces no estaba la efervescencia que por mucho mantuvo Toño, aunque como es sabido, nunca ha bajado su tarifa. De su lado, Reyes atronaba la radio, creo que con el tema “Por el alcohol”.

Ambas agrupaciones bailables firmaron contratos por sumas idénticas, la más alta cotización en la época, con excepción, claro, del monstruo Anthony Santos. El fenómeno Torito comenzaba a tocar la estratosfera también.
Me llamó la atención que muchas horas antes de su actuación, pautada para el cierre del pasadía, ya un staff de la empresa de Toño Rosario trabajaba en el montaje de sus equipos.

El personal de Toño, unos 10 técnicos, ayudantes y cargadores o band boys, correctamente uniformados, equipados y diestros en su labor, desplegaron todo el andamiaje del artista.

Puentes de luces, alógenos, perseguidor, consola de efectos lumínicos, flashes y dimmer, en el orden de la luminotecnia.

Advertí de la modernidad y capacidad en equipos de sonido: micrófonos para cada instrumentista y corista, bocinas de alta resolución, monitores altamente sofisticados, y para Toño, un micro inalámbrico enchapado en oro.

El staff del Cuco es tan especializado que se encarga no solo del montaje, sino que también balancean el sonido, y ninguno de los músicos titulares se exhibe antes del show en tarima soplando los metales o golpeando los cueros.

La mayoría de los grupos dominantes doblan en diciembre, es decir, tocan varios bailes en la misma fecha. Por ello no era nada raro que como aconteció con Frank Reyes, el montaje de sus equipos se hiciera poco antes de su actuación.

El príncipe tocó primero, y como es habitual, los primeros temas sirvieron para ecualizar el sonido de su banda, que no obstante llenó su cometido.
Pero cuanto le llegó su turno a Toño, marcó la gran diferencia. Es una figura que cuida cada detalle, y no escatima esfuerzos para dimensionarse ante el público.
Desde el principio, el sonido de Toño estuvo perfecto y llegaba con igual intensidad a cada rincón del amplio salón del hotel. De su lado, sus músicos y coristas lucían impecables en su pinta, ya que esa organización no permites indisciplinas ni individualidades.
Tanto el sonidista como el luminotécnico, también estaban vestidos con elegancia, e hicieron una demostración que colocó al artista como si actuase desde un escenario teatral.
Sin que estuviera estipulado en el contrato, los asistentes a aquella fiesta de carácter laboral disfrutaron de “ñapa” de la actuación especial de “Héctor el Phater”, quien visitaba el país y acompañaba a Toño esa tarde.
Observemos que en la escena local, Toño es el único que similar a las grandes celebridades internacionales, cada cierto tiempo relanza su imagen, lo que conlleva una inversión cuantiosa.

De verdad que si este país cuenta con una figura que respeta y realza su presencia en el arte popular, ese es Toño Rosario, y como bien dice Joseph Cáceres: “eso hay que respetarlo”.

1 comentario:

  1. eso es 100%cierto y el lo cuidad tanto halla como aqui en new york el tiene un buen equipo de trabaja por eso mantiene la concistencias por decada en este medio tan complicado del arte popular

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