domingo, 18 de abril de 2010

EL MERENGUE Y SU PESPUNTE

MADAME CHUCHÚ

Hay letras de merengues populares que se derivan de hechos y situaciones reales.

Uno de ellos es Madame Chuchú, que en los años setenta popularizó Joséíto Mateo.

Madame Chuchú era un personaje de aquellos que iban a todas las fiestas y actividades de la farándula. Una señora entrada en años que era fanática de los artistas, así como en Nueva York había una llamada ''La China Ventura, que era una fiel seguidora  de Johnny Ventura.

Había que ver aquí a Madame Chuchú en los bailes. Una señora como de 70 años, gran bailadora y más alegre que muchas jovencitas.

En una ocasión se le daba una fiesta a José Lacay, y cuando comenzó la música, Madame, ni tonta ni perezosa, invitó a bailar a Joseíto, pero la esposa del merenguero se lo impidió, no lo dejó que bailara.

De ahí sacó Joseíto el merengue que en sus letras dice ''Madame Chuchú me convidó a bailar merengue, en una fiesta que le daban a Lacay, y llegó Atilano (el disquero Atilano Blandino) con Miledy, y con Chuchú yo no pude bailar''.
Y en el mambo decía, "Perdoneme madame, perdoneme Chuchú, la rubia que yo andaba, no me dejó bailar''.

Fue uno de los merengues más pegajosos y contagiosos de la época. Eran los años en que Joseíto Mateo todavía sonaba en la radio, pues también popularizó ''Chiquito Pero Tupío'', el cual sacó en honor al doctor Joaquín Balaguer, y se convirtió en un himno de campaña.

En esa época su rival era Johnny Ventura, pero apareció Wilfrido Vargas a rivalizar con El Caballo, y a Joseíto lo echaron a un lado

Joseíto Mateo, ''El diablo Mateo, como también le dicen, es un artista creativo, compositor, jocoso, vivaracho, que resume en su música la sabiduría popular.

Es el eterno Rey del Merengue, título que muchos le han querido quitar, irrespetando todos sus años y su dedicación a la música.

Y ahí sigue, con su espíritu entusiasta, una parte de su tiempo en Nueva York y otra aquí. El mismo ''diablo'' en persona.

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