Viajando por Delta a New York
La experiencia no fue muy agradable ayer al volar en Delta a New York.
En parte porque las condiciones atmosféricas no eran las deseadas para ningún piloto como es la de volar con un techo nublado y con lluvias.
Es costumbre que los pilotos anuncien a los pasajeros con antelación que la aeronave va a entrar en turbulencias, porque con el radar y los sistemas de información saben de antemano cuando hay una nube molestosa de esas que tienen los ‘’juegos pesados’’.
El que nos tocó en el vuelo de ayer parecía que gozaba con tirársele a las nubes, y cuando ya estábamos en ella dando brincos era que pedía a los pasajeros que se abrocharan los cinturones porque estabamos en una zona de turbulencia, el muy ''desgraciadito''.
Amigos que iban a mi lado se molestaron tanto con el zarandeo que llegaron a decir que el piloto probablemete se había dado ''un pase''.
Llegamos en tres horas a la terminal del J.F. Kennedy de tan duro que le dio al avión, con el inconveniente entonces de que al bajar hubo que esperar 30 minutos para ocupar el turno de entrada a la terminar que teníamos asignado.
El asunto se convirtió casi en una hora, pues en la puerta que nos asignaron había primero que halar con una grúa un avión que la ocupaba y que ya había desembarcado sus pasajeros.
En vez de salir por una manga, nos fueron a buscar en un bus de esos que hay en el aeropuerto Barajas, de Madrid, que tinene una terminal lineal malísima.
Cuando por fin llegamos, después de una odisea, se encuentra con uno con una terminal de inmigración bien complicada, desorganizada, algo que sorprende, porque si algo tienen los gringos en el tema aeroportuario es que facilitan bastante las cosas.
En Aduanas la situación es insufrible, con un área sin decoración, vieja y fea, muy diferente a la que tiene American y Jet Blue.
Delta no es mala línea aérea, pero prefiero a la ‘’arrogante’’ American y a la bien práctica Jet Blue, porque por lo menos en la ruta hacia Santo Domingo están ‘’alante alante’’ con relación a la misma, sin que tampoco podamos considerar que es una cosa del otro mundo.
Y digo esto porque sorprende el servicio y la calidad de algunas líneas norteamericanas cuando se trata de viajes a Europa, Asia y Arabia. Son un primor, un sueño...
Pero, inmediatamente todo cambia cuando se trata de viajes a Santo Domingo, a donde destinan a veces sus más viejos aviones, y tratan al viajero como si fuera gente de categoría inferior.
Paradógicamente, tienen pasajes a viejo mundo igual o más baratos que los que cobran para Santo Domingo.
A nosotros, los ‘’indios’’, nos ''clavan'' con los precios de los pasajes, y al final nos tratan como lo que somos: ‘’indígenas incivilizados’’.
Y claro, no puedo dejar de dejar de reconocer que en parte la culpa es del pasajero dominicano, donde hay mucha gente salvaje y mal educada.
Dice un refrán que ‘’el pasajero se conoce por la maleta’’.
Sería bueno arreglarlo para que rece: ‘’Los pasajeros dominicanos se conocen por sus maletas”.
Muchas maletas grandotas que no pueden con ellas... cada una con un trapo amarrado para reconocerla en la correa de Aduanas.
A veces se les olvida ponerle el trapo y las amarran hasta con un pantie o un pantaloncillo.
Muy buen escrito, a proposito en dias pasados me encontre con unos personajes de la tv matinal sentados en clase economica en Delta. Que sencillos son y me dio gusto conocerlos. Siga educandonos.
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