viernes, 17 de septiembre de 2010

REFLEXIONES DE MEDIANOCHE
La media noche me excita y me enerva. Me permite reflexionar sin la intención de que me entiendan...
Pienso que se vale una pequeña disección para botar un poco de "pus"...
No es posible estar todo el tiempo disfrazado de veleta girando hacia donde sopla el viento.
Quizás porque se trata de la hora de los vampiros, de repente me transformo y me desdoblo, dejando emerger el lobo callado que todos llevamos dentro, y me da con escribir sin parar, dando riendas sueltas a todo lo que se me ocurre.
Son como los pequeños desahogos de la caldera para botar presión y evitar en lo posible una explosión tóxica y contaminante, cuando se sabe se trabaja con material radiactivo.
He aprendido a vivir con el enemigo como complemento indispensable de una vida siquicamente equilibrada.
Partiendo de una óptica o punto de vista de la realidad de cada quien, sin dejar de tomar en cuenta las limitaciones de la miopía que le impide a muchos mirar más allá del horizonte.
Particularmente no puedo dejar de reconocer que disfruto muchísimo la mitomanía de algunos amigos congeneracionales que se dedican a pontificar desde una elevada atalaya sus ideas anticuadas, tratando a veces de opacar las acres voces que se levantan y procuran sepultar lo que ellos entienden son buenos propósitos.
Por mi parte he creído siempre que el arte popular es como un teleférico, en que unos suben, y otros bajan.
Que el arte deriva a veces hacia una sociología estética del consumo de las formas, siendo parte del juego del “in”  y del “out”,  (muy cursi, por cierto), teniendo en cuenta la presencia invasora de conceptos que se anteponen, se confrontan, colisionan, con un lenguaje descarnado, que se convierte en lacerante, urticante, cuando no grosero, tratando de desarticular valores estructurales con el fin de terminar minando la sensibilidad colectiva, lo que muchas veces consiguen.
Responsables  son de la perdida de identidad que hoy día vivimos y sufrimos... y donde todos tenemos nuestra cuota de culpa, al servir de chef a un arte gastronómico que con tanta fruición la gente se engulle.
Qué hacer entonces para no dejarse orillar?. Será posibilidad mantener la dualidad sin perder los niveles básicos de valoración que le permitan a uno la confrontación con el ambiente y la sociedad, que a la vez posibiliten la desgustación de formas estéticas que no están tan de cerca a nuestra realidad cotidiana?.
Creo que se trata de un traje que siempre nos va estrecho, porque es como vivir la utopía de algo que se da por descontado.
Les cuento que no es imposible, pero si difícil, cuando en la zona que subyase trás las apariencias gravita una vida contemplativa, frente a un Dalí,  Miró, o leyendo a Rambaud.
Transitar entre Omega con su ambiente a sabor de chimichurri y la nirvana de una noche de sinfonía, de Paganini, de Joan Sebastian Bach, de  martinis y aceitunas en una calle de Viena, libando petrus, para terminar con la cava en una buena cama, eso si es puro tuétano!
En todo caso, lo importante es no dejarse abatir y preservar los elementos que nos permitan la construcción de una estructura (el environment) que posibilite jerarquizar los esquemas, sin cortarle el vuelo a la ilusión estética.
Mientras tanto seguiré incrédulo, irreverente, sarcástico, enseñando la otra cara.
That's all, baby...

2 comentarios:

  1. Claro, cualquiera con un hembrón al lado, no digo yo inspirarse. Dijiste demasiado en poco, dijiste poco de lo demasiado que hay que decir de este embrollo que se llama vida, sobre todo si se vive en esta maraña de obstáculos que es la republiquita ésta.

    Sólo nos queda pedir paz interna, pues la externa está muy contaminada por los acontecimientos, tan diversos, que no cabrían en una novela de 8 mil páginas del Gabo.

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  2. Bueeeeno!...que tranquilidad, cuanta pausa, que vida mas tranquila... usted mismo se descubre con esos pensamientos, dejando lo demas a la libertad de expresion.


    L A

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NIURKA BAEZ,
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