AL SERVICIO DE LA VERDAD
En una ocasión un periodista de El Nacional inició una campaña en contra de una empresa sin que nadie supiera la razón y el motivo.
El periodista mantenía en jaque a la empresa con toda suerte de ataques en su contra en los escritos que hacía, en una época en que había una mayor apertura, y los jefes no se metían con los criterios que externaban individualmente en sus trabajos los integrantes del staff periodístico.
Sobre todo El Nacional que era un medio muy contestario y crítico.
Pero, los afectados se dieron cuenta de que la campaña en su contra era interesada.
Se percataron de que había alguien que la mandaba.
Así que contrataron una empresa de detectives para que le diera seguimiento a los pasos del periodista. Sin que este se percatara comenzaron a seguirlo día y noche, a vigilar todos sus pasos y hasta sus llamadas.
Hasta que cayó en un gancho....Acudió a una reunión con gente de una empresa contraria a la que él atacaba en el parque Mirador, y ahí mismo selló su fracaso.
Los detectives le desplegaron un micrófono de larga distancia, como el que aparece en la ilustración, y desde lejos le grabaron la conversación, donde sus contratantes le daban instrucciones y detalles de los pasos que tenía que seguir dando.
Pero además, lo que le pagaron para que continuara la campaña.
Con esa documentación las victimas de la campaña acudieron donde el dueño del periódico y le mostraron todo lo que habían grabado, con ilustraciones de fotos.
Al día siguiente cancelaron al periodista chantajista sin explicarle los motivos...
Con este ejemplo podemos ilustrar lo fácil que a veces resulta atrapar a quienes usan medios que no son suyos para chantajear.
Por cierto, un micrófono de los mencionados a manera de prueba fue colocado por unos bellacos dirigidos a una casa curial...
Los fisgones paparazzi hasta se asustaron con unos gemidos y unos lamentos que escucharon...creyeron que el cura se había puesto malo.
Pero cuando escucharon unos gemidos femeninos acompañantes fue que se percartaron de que los lamentos del cura eran como los lamentos de San Fernando....
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NIURKA BAEZ,
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