Joseph Cáceres

Feos vs. bonitos

                                                          

Por Orlando Holguín

EVA MENDEZ

No sabemos qué grado de importancia atribuirles a las quejas de los latinos que alcanzan el éxito en Hollywood, quejas que persisten incluso luego de obtenerlo. Pero no dudamos que lo que dicen sea una realidad propia de lo que significa lograr establecerse en ese difícil mundo de la capital del cine.

Luego de que Sidney Poitier rompiera el hielo, al obtener el primer Oscar para un actor de negro, por su magistral actuación en “To sir whith love” (Al maestro con cariño), las cosas han sido diferentes para los que han venido detrás.

Vimos como por primera vez una pareja de negros se llevó las estatuillas a Mejor Actriz y Mejor Actor en un mismo año. (Halle Berry y Denzel Washington). Para cualquier extranjero abrirse paso en el arte de otro país, las cosas no siempre serán color de rosa (claro, exceptuando en esta república bananera, donde los extranjeros vienen con sus espejitos y tienen el éxito asegurado, porque como lambones somos excepcionales), pero es el precio de la fama que todos deben pagar.

Aparte de Salma Hayek, Dania Ramírez, Zoe Saldaña y otros, ahora quien se queja es Eva Mendez, que dice que  Hollywood no perdona a los feos y gordos. Pero con el perdón de la bella actriz de origen cubano, no estamos totalmente de acuerdo con ella, puesto que en Hollywood triunfan los que tienen talento.

FOREST WHITAKER

Recordamos cuando seguíamos uno de los programas de críticas de cine, conducido por uno de los más versados en la materia, quien despotricó contra el actor Forest Whitaker, de quien dijo horrores, como que era algo decepcionante en la pantalla, entre otras “bellezas”.

Claro, pudo haber dicho que a él no le gustaba este actor y quedaba mejor parado, ya que nadie tiene que gustarle a todo el mundo. Whitaker había trabajado en varias películas y era un actor, hasta cierto punto, de éxito moderado, (Platoon, Good morning Vietnam, El color del dinero), pero oh, sorpresa, pasó a ser de los grandes, cuando obtuvo el Globo de Oro y el Oscar como Mejor Actor, por su actuación en la película “El último rey de Scotia, film sobre el hijo de su madre de Idi Amin.

Forest es feo, gordo, y para colmo, tiene problemas en el ojo izquierdo, lo cual es de nacimiento. Si nos fijamos, Zoe Saldaña es una morenita graciosa, pero no es la gran belleza, ni tiene el cuerpazo de una Sofía Vergara, sin embargo, ya ha pasado por las manos de dos de los más grandes directores de la industria (Steven Spielberg y James Cameron). ¿De qué discriminación me están hablando? Y cuidado, que ahora se está alegando que los negros son más racistas que los mismos blancos, aunque esto podría ser una intentona para equilibrar el asunto.

El éxito en el arte popular no es sólo para los bonitillos, y lo demuestra cuando vemos cómo muchas mujeres hermosas y hombres de condiciones varoniles llamativas, tienen que dedicarse a hacer películas pornográficas.

Si quieren un ejemplo, recuerden que Sylvester Stallone tuvo sus inicios en el mundo porno, y luego tuvo que recoger los vídeos. En Hollywood usted será grande si es un buen actor o una gran actriz, y hasta los que no lo son, a veces tienen suerte y logran vivir como unas super estrellas (Arnold Schwarzenegger), pero que no le pidan a la vida más de ahí, que no pretendan que los premien con varias nominaciones y par de estatuillas (Meryl Streep, Tom Hanks).

Si Hollywood se la pusiera muy difícil a los feos, Woopi Goldberg no fuera la estrella que es, ganadora de un Oscar, dos Globo de Oro y ha conducido la entrega del Oscar en cuatro ocasiones. Ni hablar de Queen Latifah, nominada al Oscar, no es bonita, es  gordita y es exitosa.

En los 60’s y todavía en los 70’s, se podían contar los actores y actrices latinas a los que se les abría las puertas a sus anchas en la industria del cine norteamericano. Hoy son muchos, y los hay feos de verdad (como Luis Guzmán, Cheech Marin y el super feo de la película Machete, Danny Trejo). Se dice que de cada 50 peloteros, tal vez dos alcanzan las Grandes Ligas y son exitosos. Lo mismo pasa en Hollywood.

QUEEN LATIFAH

Lo que sucede es que quien llegue allí,  pensando que, debido a un buen cuerpo, par de hebras de cabellos rubios (a veces teñidos) y las tetas llenas de silicón, made in doctor Edgar Contreras, va a tener el éxito asegurado, sobre todo con un inglés mediocre, se puede frustrar.

Si a los negros de allá se les hizo difícil ser aceptados, no sólo en el cine (recuerden que había una liga de beisbol negra y una para los blancos), ¿cómo no se les va a hacer cuesta arriba a los latinos, a quienes los gringos consideran que vienen del patio trasero de su gran nación?

Si hay talento, aun haya fealdad y limitaciones, incluso físicas (Danny Devito es casi un enano, igual que el difunto Doodle Moore), lo demás viene por añadidura, claro, en base al trabajo y al esfuerzo.

Lo que sí es cierto que en el arte popular nada es gratis, y si Hollywood no fuera tan exigente, cualquier gallo loco subiría a recibir una estatuilla del Oscar, como vemos que pasa en algunos premios que todos conocemos, donde los intereses grupales y de grandes cadenas televisivas y sus respectivos países, están de por medio.

Existen  también otras premiaciones donde hasta por un par de buenas tetas te meten en la tómbola u ocurre que algunos, sin ser artistas, pueden recibir un trato mejor que los que de verdad los son y merecerían un mayor respeto y consideración por parte de quienes premian.