domingo, 7 de noviembre de 2010



Una de las vivencias más notables que he tenido fue la ocasión en que por primera vez se presentó en Carnaval del Merengue organizado por José Tejeda en la ciudad de Nueva York  en el 1979.
El merengue solo había estado en los clubes de baile y los esfuerzos que se habían hecho para llevar nuestras orquestas a los grandes escenarios en eventos organizados por la Secretaría de Turismo y otros empresarios habían resultado poco exitosos, ya que el público los percibía como actividades gubernamentales de promoción turística. Faltaba el enfoque comercial que es el que en definitiva impulsa verdaderamente  un producto.
De la mano de Tejeda fue que se alcanzaron los más prestigiosos  teatros de la ciudad de Nueva York, como el Radio City Music Hall, considerado coo el teatro más importante de Estados Unidos, donde compartimos el honor de ser de los primeros dominicanos  en trabajar allí como presentador oficial de un espectáculo.
El radio City según los datos, fue construido entre 1929 y 1940 por John D. Rockefeller jr. en un terreno comprado a la Columbia University, y donde originalmente se erigiría una casa de ópera, pero se cambió de opinión tras la crisis de 1929.
El nombre de Radio City Music Hall proviene de que uno de los primeros inquilinos del local fue The Radio Corporation of America (RCA).
El teatro es la casa de las famosas bailarinas llamadas Rockettes (viene del nombre Rockefeller, de ahí que Corporán hizo sus Corporettes) donde desde el 1933 se presenta todos los años en navidad el radio City Christmas Spetacular que tanto aprecia la gente, sobre todo los turistas de todo el mundo.
Radio City es realmente un teatro impresionante, con una estructura interna espectacular, que permite que cuando una orquesta termina su actuación, no haya que esperar horas por el montaje de la que sigue, pues con el recurso de las plataformas hidráulicas, mientras baja una va subiendo la otra.
El espectáculo era de José Tejeda, pero para conseguir el teatro se apoyó en Ralph Mercado y Ralph Avilés.

Imagínense que el escenario de Radio City  mide 20 metros de fondo con 44 de ancho y su método de grúas y poleas fue tan avanzado que la Marina de Estados Unidos incorporó un sistema hidráulico semejante en los portaviones de la Segunda Guerra Mundial.
Es decir, que el sistema para guardar los aviones que usan los portaviones, fue copiado del Radio City.
Los conciertos y espectáculos se dan así más animados, pues el público nunca tiene pausa.
Ustedes saben lo que es que en la parte final de la actuación de La Tribu de Cuco Valoy, mientras iba desapareciendo de escena con el tema Juliana, venía subiendo Wilfrido Vargas interpretando El Barbarazo, su éxito del momento.
El teatro, abarrotado, se quería ir abajo, y como no había que esperar mucho entre una y otra orquesta el tiempo se iba rápido, ligero, pues la gente no se cansaba como sucede ahora, que a veces hay que esperar mucho tiempo entre una atracción y otra.
Con el inconveniente de que a veces se espera más que lo que se ofrece...
Es duro esperar 40 minutos la salida de una orquesta, que a veces ni siquiera le interesa a la gente, y que está en la cartelera de relleno.
En el Carnaval del Merengue en el Radio City eso no sucedía.
Claro, no es fácil trabajar ese teatro, y hasta el mismo José Tejeda después de presentar allí el Carnaval dos veces se fue para el antiguo teatro Paramount del Madison Square Garden, que acoge un poco más de público y tiene prestigio, no como Radio City, pero comercialmente le era más ventajoso.
Nadie, como se dice popularmente, le mete ahora “el pico” a Radio City.
Nadie se atreve...Prefieren alquilar el United Palace, un teatro que los días de semana funciona como una iglesia, y que se le alquila al mejor postor a un precio sumamente económico para espectáculos los fines de semana, aunque me dicen que en los últimos tiempos el pastor que lo administra se la ha “jalado” y ha subido los precios.
Claro está que ni remotamente se acerca a la tarifa del emblemático Radio City Music Hall, un teatro que forma parte de la cultura no solo de Nueva York, sino de Estados Unidos.
Hacen 31 años ya de esto. A partir de ahí empezaron los años dorados del merengue.

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NIURKA BAEZ,
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