Por Johnny Arrendel
 |
JOHNNY ARRENDEL |
Como primera figura de la radio de variedades y segunda en el orden general de ese medio, Jochy Santos no tiene razones para mostrarse como un adulador.
Por tanto, no comprendo que afirmara en su programa que quien suscribe recibió una filípica (un boche a través de una carta, en lenguaje llano).
Esta claro que la encargada cultural del consorcio Radio Cadena Comercial, Monserrat de Espaillat, reconoció la pifia cometida al confundir un término en un concurso relativo al programa “Mi novela favorita”.
Cierto que en su carta a www.josephcaceres.net, la ejecutiva aprovecha para demandar mayor reconocimiento a la iniciativa ejecutada por las empresas radiofónicas que regentea su esposo, Antonio Espaillat.
No me siento aludido por ese reclamo, ya que precisamente esa es la entrada del artículo que motivó la misiva, donde exaltamos la difusión de la excelente producción de la radio peruana para disfrute del público local por Zol-106.5 FM.
Jochy Santos es una figura que se ocupa siempre de poner de manifiesto su dominio del idioma, y procura “abrevar en la fuente”.
Contestar correctamente las trivias implica la posibilidad de obtener premios, y si se verifica una distorsión, los participantes afectados tendrían derecho a interponer reclamos.
RADIONOVELAS LOCALES
 |
JOCHY SANTOS |
Sobre la base de la penetración que alcanzan estas retransmisiones, el mismo grupo radial u otro consorcio mediático bien pudieran embarcarse en la producción de versiones radiofónicas basadas en nuestra narrativa más trascendente.
Tomemos en cuenta que en nuestro país hay cierta tradición en ese sentido. Prácticamente en los albores de la televisión ya La voz Dominicana contaba con cuerpos de teleteatro y radioteatro.
Incluso, si no me equivoco la primera transmisión de televisión en el país fue de un episodio de la afamada serie costumbrista “Cosas de mi tierra”, que consagró a los personajes Macario y Felipa.
Uno de los actores mas destacados de esa producción, Julio César Matías, protagonizaba también el exitazo radiofónico de aventuras “Cazán el Cazador”, todo un fenómeno.
En diversas oportunidades, realizadores nacionales se han embarcado en adaptar para radio o televisión los cuentos de Don Juan Bosch, considerado uno de los grandes maestros de ese genero.
Recuerdo que para televisión se adaptó la obra de Joaquín Balaguer “El Centinela de la Frontera”, donde Niní Cáfaro encarnó al Héroe Nacional, Antonio Duvergé.
Hasta Sergio Vargas se atrevió a representar al célebre fugitivo de la tiranía trujillista, Enrique Blanco, en una miniserie televisiva.
Me atrevo a recomendar que si alguna instancia estatal o privada se decide a emprender realizaciones radiofónicas basadas en textos criollos, ponga especial cuidado en la selecciones de los encargados de adatar las novelas y cuentos.
Disponibles, hay grandes talentos en ese sentido: Reinaldo Disla, Basilio Nova, Manuel Chapuseaux y Angel Mejía, por ejemplo.
En cuanto a los actores y narradores, lo ideal es que no sean seleccionados talentos improvisados, como es un vicio repetido y nefasto para nuestro incipiente cine nacional.
Hay que trabajar con verdaderos actores, capaces de adentrarse en la psicología de los personajes y transmitir emociones al público.
Claro, que además es importante evitar las sobreactuaciones e interpretaciones acartonadas muy comunes en algunas de nuestra figuras del teatro.