El pescador de Barú
Lo conté en una ocasión, en que hablaba de Los Correcaminos, pero lo quiero repetir, para que los tigueres de ahora sepan lo que era antes la buena vida, frugal, "wild", desenfadada, en otros tiempos. No como ahora que el tiempo se les va en confrontaciones y chismes baratos que no dejan ningún resultado.Cuando Domingo Bautista, Ramón Aníbal Ramos, Magda Florencio y María Alonzo iniciamos los Correcaminos la filosofía del grupo incluía socializar con la gente, aun fuera pobre, del pueblo, sin conocerle.
Una de las especialidades de Ramón Aníbal era dirigirse a la playa de los pueblos costeros a buscar a los pescadores
Le compraba la pesca del día, con la condición de que debía llevarnos a su casa a preparar una comida pagada por el grupo. No conocíamos al pescador, aunque Ramón, ya era conocido en una playa, porque lo había hecho otras veces.
No importaba que fuera una casa humilde. Allí ibamos, nos sentábamos en la galería con un radio de pila a escuchar música, a beber tragos, y a esperar el viaje de "pecao frito" pero "con coco", moro de guandule, yuca, aguacate y una champola de guanábana, de esas que el hielito suena "clin clin clin" cuando la están mezclando, y que en cada sorbo te deja marcado un bigote blanco, y tienes que ir expulsando las semillitas prietas, una a una.
Y el pescador y su familia contentos de que le hayan convertido su casa en restaurant, porque aparte de la compra, el pago por servicio del "cocinao" de la doña, la generosa propina no se podía quedar.
Entre los lugareños se generaba la fama y la propaganda, de que la gente de la televisión y la farándula estuvo en esa casa.
El vecindario entero se enterada, incluyendo las "muchachonas" de la zona que iban a conocer a Domingo Bautista, y a ver si se lo "levantaban".
El único problema era que iban acompañadas del papá, la mamá, el tío, la abuela, el primo, la sobrina, el abuelo con sus dientes de oro y hasta el alcalde pedáneo, que no quería perderse de ese acontecimiento nunca visto en la zona.
Una época irrepetible, de los años dorados que ahora recordamos con nostalgia
Cuantos hijos dejaron c/u en esos montes????....(,)
ResponderEliminarEsa humildad e inocencia de los pueblos y campos de aquellos tiempos jamás volveran,si lo hace ahora te esperan a la salida y POOM,POOM te dejan sin na.
ResponderEliminarbuenos migos mio eso existe todabia donde la humidad prebalece,claro gue yo me le pego alos viejo del lugar y algunos de l nueva generacion y medoy el lujo de sentarme en el medio con un caldero de moro de gundules para gue se sirban...claro gue el chivo gue ms miaba en ese lugar era mi abuelo gue dejo alrededor de 17 hijos...pero de gue se puede,se puede gue en donde es? me parecio haver visto al viejo lobo en semana santa por ahi....
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