En nuestro paías es usual que los vecinos se intercambien comida. De balcón a balcón, y hasta usando sogas con poleas para cruzar las cantinas de un lado a otro. Estos hindues, sin embargo, nos ganan, porque fíjense como se arriesgan para intercambiar bandejas fuera de un tren a toda velocidad, sin que se caiga una taza ni la azucarera. Son unos diablos, definitivamente...
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NIURKA BAEZ,
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