LECTURAS DOMINICALES

Los merengueros y el humor

Por Orlando Holguín

Con el humor se nace. Nadie puede decir de un momento a otro: “Ok, yo voy a ser humorista”. También sucede que quien lleva el humor por dentro comienza a  indentificar o a identificarse con fuentes o personajes que van influenciándole y dándole algunos indicios o señales de que de verdad le gusta esta actividad.

Sin dudas que el merengue ha tenido intérpretes y líderes de orquestas que han coqueteado con el humor en sus ejecuciones, letras y presentaciones. Cuando hablamos de humor, nos referimos a esa nota graciosa, jocosa o chispeante que algunos manifestaban. La nueva generación no tiene cómo conocer nuestra historia musical. Primero, porque muchas emisoras están dedicadas a tocar rastrerías. Segundo, debido a que sencillamente las llamadas viejas glorias (término hasta un tanto despectivo) son echadas a un lado en todos los sentidos.

Recuerdo que, estando muy pequeño, mi abuela, tíos y tías escuchaban mucho a Dionisio Mejía, Guandulito, quien interpretaba varios merengues en los cuales narraba historias graciosas. La risa que despertaba en mis antesesores, me indicaba que este merenguero típico tenía mucha gracia. ¿Le reconocieron en vida? No recuerdo.

Otro merenguero muy gracioso fue Yoyito Cabrera, el hombre de “El guardia con el tolete”, “Pegapalo”, “Timoteo o La carne lo mató” y otros mengueres jocosos. Yoyito Cabrera, aunque muchos no confesaban con sus letras, incluía mucho humor en sus temas. ¿Recuerda alguien si le hicieron algún reconocimiento?

Cuco Valoy coqueteó con el humor con varios merengues de corte gracioso, como son “No me empuje”, una graciosa historia de un guardia dominicano y un gringo miembro del Cuerpo de Paz. Luego, en 1977 ó 1978, lanza un merengue que, junto al Tabaco de Johnny Ventura, para mí debe ser uno de los más escuchados en la radio de todos los tiempos. Este tema sonó tanto, que Cuco se ganó el apodo de “El Brujo”, que era precisamente el título del merengue. Pero la verdadera nota de humor sucedía cuando Cuco iba a la televisión. Pañuelo en la cabeza y tabaco en la boca, hacía allí una graciosa interpretación, con bailes, saltos y morisquetas que daban la sensación de que estábamos ante un verdadero brujo.

Si hablamos de merengueros graciosos, no podemos dejar de mencionar a Jossie Esteban, quien con su jerga y frases cherchosas daba a sus merengues un tono humorístico muy perceptible. Jossie también lanzó varios merengues chistosos, como “El moreno está”, “El tiguerón, “Pirulo”, entre otros”. No podemos obviar la jocosidad de Aneudy, el más cómico de los cuatro integrantes del Conjunto Quisqueya. Aneudy (EPD) mostraba  en sus interpretaciones y presentaciones que tenía mucho de comediante. No cabe duda que la gente lo percibía como el líder del Conjunto Quisqueya. Era de rostro gracioso y gestos cómicos muy marcados.

   

Si hay alguien que me soprende que no descollara en el humor, es Bobby Rafael, “La Bobina”. Desde que lo escuchamos con La Típica de Anibal Bravo, allá por los 70’s, el humor de Bobby era a flor de piel, cambiando la voz, cantando e incluyendo frases graciosas en sus temas. Todavía con La Coco Band en sus comienzos, La Bobina demostraba esos tonos humorísticos en temas como “Rico y buenmozo”, “El boche”, “La pinea”. Kinito y Pochy también tienen mucho de comicidad, y sus temas en La Coco Band y La Roka Banda lo demuestran.

Aunque no fueron líderes de orquestas o merengueros (uno era guirero y el otro miembro del frente de una orquesta), no podemos dejar de mencionar a dos comediantes que nos indican que cuando el humor viene en las venas es difícil dejarlo de lado: Andrés Martínez, “Cacheíto” y Oscar Pérez, ambos excelentes imitadores. Cacheíto, diestro guirero, comenzó a haciendo rutinas de humor con imitaciones en la orquesta de Sergio Vargas. Llegó un momento que la gente lo pedía y él debía pasar al frente a imitar artistas. (Cuidado con los celos profesionales). Luego Cacheíto se acercó al Circuito Independencia, hoy Telemicro y demostró todo lo que podía dar. Ni hablar de Oscar Pérez, para mí uno de los mejores imitadores de este país, junto a Sansón Batalla, William Díaz y el mismo Cacheíto. Oscar proviene de la orquesta Tierra Seca y, a sugerencias de varias personas (incluyendo este servidor), se acercó a la comedia y descolló con creces, logrando un espacio como comediante e imitador.

Por último, si hablamos de merengueros cómicos o humoristas, teníamos que dejarlo a él de último, pero con el objetivo de cerrar con el mejor. 

Siendo un niño, recuerdo la primera vez que vi la ejecución que él hacía en La muerte de Martín”.  Enseguida sentí esa vibra que identifica a uno con el humor. La actuación de Luisito Martí (EPD) cuando interpretaba en la televisión el famoso tema, fue el inicio de lo que llegaría a ser algunos años después: uno de los mejores y más completos humoristas del país. Antes de descollar como tal, siguió interpretando merengues jocosos que le iban abriendo el camino, tales como “El gago”, “Papo”, “El mudo”, “A mi hijo no me le den”, estos dos últimos con El Sonido Original.

Defintivamente, el humor es una gracia que concede Dios, y si usted lo lleva por dentro, no importa a qué se dedique, él sobresaldrá y hasta podría imponerse, como sucedió con algunos de estos artistas que hemos mencionado, los cuales terminaron dedicándose a uno de los más difíciles oficios que existen: hacer reír.