MERCADOTECNIA

La guerra de las supertiendas

Por Orlando Holguín 

Una de las frases que no se me olvidan de mi vida en el campo es “fulano ‘ta o va pal pueblo”. 

En los años 70, los 80’s y finales de los 90’s los nombres de tiendas que marcaban las pautas eran Almacenes Pica Pica, Sederías California y La Gran Vía, por lo que hoy consideramos que estos deberían tener supremacía en el concepto de las llamadas supertiendas o tiendas por departamentos.

Pica Pica, con su slogan “Picando los precios”, y que en ocasiones contó con Freddy Beras Goico (EPD) en anuncios muy jocosos, tuvo mucho éxito. 

También sus comerciales con unos señores de origen argentino que, como se dice, “la pegaron”, fueron muy graciosos. Sederías California dio en la madre con su “¿Tan lejos?”. La Gran Vía (con nuestro amigo Manolito a la cabeza) en materia de estrategia publicitaria era un hueso duro de roer con su slogan “Donde tu dinero vale más”. 

De pronto: ¡puaf!, muchos sienten que La Gran Vía se desinfló, lo que ha llevado a pensar que pudo haber ocurrido algún inconveniente entre sus accionistas, y se sabe que las desavenencias entre socios y familiares han llevado a muchas empresas a la tumba. Aclaramos que, en este sentido, estamos suponiendo solamente. 

Hubo otros nombres famosos en ese tipo de negocios, los cuales desaparecieron o se mantienen tímidos: La Ópera, Lombas, López de Haro, El Escándalo y la Fabulosa, Distribuidora Lagares, El Encanto, Los Muchachos (fuerte competencia de Calzados Lama), Calzados Isa, Calzados Belén, entre otros que se ubicaban en la venta de tejidos, los electrodomésticos y los calzados.

Alguien podría preguntar: ¿Y por qué deberían Almacenes Pica Pica, Sederías California  y La Gran Vía estar entre los primeros? Bueno, porque Plaza Lama era una zapatería y La Sirena se mantuvo mucho tiempo tranquilita en La Mella, con su famoso Slogan “La tienda siempre llena”, mientras las arriba mencionadas ya tenían nombre y trayectoria.

Cabe señalar que La Sirena tuvo como tímida competencia a la Fuentecita, que quiso copiar la línea de los Ramos, pero parece que se quedó en el intento. A partir de la década de 1990, las tiendas de la avenida Duarte y la Mella al parecer se dieron cuenta que debían salir de ese entorno, en un Santo Domingo que cada día crecía y crece más. 

No es peyorativo, pero a mucha gente no le gustaba la idea de ir de compra a la Duarte y a la Mella, por lo que algunos de estos negocios (Gran Vía, La Sirena, Plaza Lama, etc.) decidieron buscar otros rumbos, ubicándose en otros puntos de la ciudad. Así tenemos a Plaza Lama que, además de adoptar el concepto de supertienda en la avenida Duarte (siendo una de las primeras, pero, si mal no recordamos, sin el supermercado, que lo agregaron luego), está también en la avenida 27 de Febrero, esquina avenida Winston Churchill, en Herrera, en la Máximo Gómez, esquina Nicolás de Ovando, en la Carretera Mella y en Santiago. 

Ahora bien, el golpe maestro lo ha dado El Grupo Ramos, que ya tiene 22 locales distribuidos en la capital y otras ciudades. Este grupo está adoptando el estilo norteamericano (Estados Unidos y Canadá), donde en un pueblecito cualquiera sus habitantes tienen a Walmart, Sears, Target, Macys, JC Penney, entre otras, lo que les evita tener que salir a grandes distancias para adquirir lo que necesitan, aunque cabe señalar que  algunos pueblos a veces se oponen a este progreso, porque se alborotan y pierden espacio.

 Pues bien, “Voy pal pueblo”, expresión que utilizamos al principio, en mi campo significaba que una persona se trasladaba a la ciudad de La Vega a comprar diversos artículos. Lo mismo sucedía con familias de clase alta o acomodadas de los pueblos (empresarios o familias de gran poder económico), que debían venir a la capital si deseaban comprar ciertos artículos.

El Grupo Ramos está bien claro en su estrategia y se les ha ido por encima a los demás. Pero donde está el golpe maestro, ha sido en mezclar el concepto de diferentes departamentos con el de supermercado, si bien no fueron los primeros (si la memoria no nos falla, el Asturias, en la 27 de Febrero, lo hizo antes, por lo menos con electrodomésticos y supermercado), han sido los más exitosos.

Ahora bien, encerramos la palabra todo entre comillas, porque ocurre algo, y es una crítica para estos negocios. En ocasiones, uno acude allí a adquirir ciertos productos y, ¡oh, sorpresa!, no los encuentra. Consideramos que estos grandes monstruos no se pueden dar ese lujo, pues, además de pregonar que “tienen de todo”, no hay peor imagen para un negocio que el hecho de que el cliente no encuentre lo que busca.

Otra queja es que en estos locales comerciales usted a veces requiere de la ayuda de un empleado y no encuentra a quien preguntarle algo, o no aparece nadie que lo oriente, aun perciba que hay mil empleados deambulando de un lado a otro.

Mientras tanto, en la estrategia de llevar estos grandes negocios  a las provincias, El Grupo Ramos está dando primero y ojalá los demás se animen o que surjan nuevas supertiendas, pues  no hay nada que beneficie más al consumidor que la competencia, las diversas ofertas y la guerra declarada entre empresas, marcas o productos.  Después haremos otra entrega con relación a los supermercados.