Aquí hay artistas que lo quieren hacer todo. Carecen de manager, de agentes de prensa, de publicistas.
No pagan personal alguno ni se preocupan por tener asistentes, y usted los ve dando lástima, andando por las emisoras y las discotecas con su disquito "quemado" en la computadora de su casa debajo del brazo, para que se lo suenen.
Lo peor es que algunos lo hacen no porque tengan necesidad sino por tacañería...
A Zacarías Ferreiras, por ejemplo, se le veía de noche pegando afiches de sus actividades en Santiago, con una gorrita para que no lo reconocieran.
Por suerte eso fue en el pasado, porque hoy día no se le perdonaría.
Hacerse una sesión de fotos?. Eso nunca, andan buscando que en los periódicos les regalen fotos de las que a veces les hacen.
Si alguien logra convencerlos de reservar su imagen y delegar funciones, creen que con conseguir un cronista de arte de esos que hacen relaciones públicas por 5 mil pesos ya resuelven el problema.
Entran así a la parrilla del "picoteo", del "chimichurri" y el "picapollo", como se le llama al servicio de algunos que dicen ser "relacionadores públicos", que no hacen más que mandar notitas y fotos por correo electrónico, muchas veces llenas de faltas ortográficas y en letras mayúsculas que en los códigos que se manejan en el ciber espacio son un insulto.
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NIURKA BAEZ,
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