Joseph Cáceres

Tan fácil que resultan las comunicaciones hoy día, desde cualquier lugar con los modernos teléfonos celulares inteligentes, para hablar, mandar mensajes de texto, fotografías, videos, jugar.  En los años 50 había que ir a la RCA Cable para comunicarse por telegrama y radiograma, pues una carta al extranjero duraba meses para llegar a su destino. En la foto pueden apreciar los operadores en la oficina de la emrpesa trabajando con los equipos de la época. Los telegramas locales  se tramitaban en el Palacio de Telecomunicaciones , pero debido al uso que el pueblo le daba se convirtieron en mensajeros de malas noticias. Por lo regular  se enviaban cuando un familiar moría o estaba grave de muerte. En la época se consideraba un servicio eficiente, pero a veces cuando era dirigido a personas que vivían en zonas muy remotas, el telegrama llegaba al destinatario cuando ya el difunto estaba enterrado. Con el tiempo y la modernidad el servicio decayó. El surgimiento de Radio Guarachita en el 1964  con sus servicios públicos le infligió una estocada mortal a  los telegramas como medio de comunicar defunciones y planos terminales en los enfermos, pues por la radio el mensaje llegaba más rápido y directo. Si a quien iba dirigido el mensaje no lo escuchaba, alguien que si lo había oido se lo tramitaba, pues Radio Guarachita fue un verdadero fenómeno de popularidad, que promovía no solo la música de bachata, sino  que prestó una gran servicio social a la gente humilde del pueblo. Fue la radio social del país por varias décadas.