El lucrativo oficio de ser bocina
Había una vez unos profesores de periodismo que en la
escuela de comunicación nos enseñaban que "el periodismo es un
sacerdocio".
Rafael Herrera, Cuchito Alvarez, y otros que en los años 70 tuvimos de profesores, mientras
compartíamos aula con Victor Grimaldy, Bienvenido Alvarez Vega, Tony Raful y
otras figuras que hoy día ocupan lugares importante en medios de comunicación.
Un gran orgullo el haber formado parte de una
generación de tanta gente que se ha destacado con el tiempo.
Pero hoy eso de que el periodismo "es un sacerdocio" ha
pasado a ser un concepto obsoleto y rancio, que muy bien pudiera ser
considerado en un capítulo de "El Manual del Perfecto
Pendejo".
Porque muy tonto debe ser el que todavía crea en eso de que "el
periodismo es un sacerdocio", cuando la mayoría de los comunicadores si algún
ritual celebran religiosamente, es el del rendir culto a quien ofrece dinero. A quien tiene el poder y el dinero.
En la política, unos están con Danilo y otros con Papá, no
por convicción propia ni para trabajar por el país, como argumentan y prometen
los candidatos, sino para "buscarse lo suyo".
Arremeterán contra el que gane, si no hay beneficio, cargos,
relaciones públicas, patrocinios, y gustosamente harán de "bocinas",
a quien le dé "su mangú", como dice el merengue.
A eso se reduce el ejercicio periodístico en estos tiempos del "colera", auque algunos se quieran hacer los inocentes y pretendan negarlo.
Después de todo, no somos más que un sector de la misma sociedad descompuesta, que hace tiempo renegó de los "hábitos sacerdotales" con los que muchos se disfrazaban en el pasado para no asumir los hechos de manera tan descarada como ahora acontece. Porque por lo menos anteriormente se guardaban las formas y las apariencias.
Es lo que explica la riqueza de comunicadores con villas en Casa de Campo o Punta Cana, mansiones en Arroyo Hondo, casas campestres en San Cristobal o
Villa Altagracia y hasta apartamentos en Miami. Todo obtenido y ganado "en buena lid", y por ello cuentan con la suficiente autoridad moral para señalar a Felix Bautista, sin que al decir esto se crea que estamos saliendo en su defensa, sino más bien dirigiendo hacia ellos el espejo roto donde ninguno quiere mirarse.
Y claro está, eso de la payola solo existe en la
farándula, nunca en la política, en las sociales ni en los deportes.
Y pensar que en un medio donde los artistas no dan ni la hora, porque no
tienen reloj, quienes cargan con el estigma y el oprobio del chantaje, la extorsión, el cabildeo, y el macuteo, son los llamados despectivamente "faranduleros".
Cualquiera pensaría que en la farándula es que están los "patitos feos", los "sopla anafe" y "arrasca vacas" del medio, como si nadie supiera donde verdaderamente está el dinero.
Eso que nos lleva a recordar el eslogan publicitario aquel de: Y los cuartos, dónde están?. ¡En el National City Bank!.
A mi me dijo un "peje gordo" familia mio peledeista que un comunicador del canal 9 tiene varios apartamento en Brickell una de las zonas mas cara de Miami.
ResponderEliminarY pensar que ese comunicador en los años 70 se montaba en carro publico, bien por el, los malos son lo que votan por los partidos de siempre.
Bueno anónimo quédate así anónimo porque si pones tu nombre te pinchan el teléfono por estar diciendo cosas.
ResponderEliminarVen acá y porqué solamente ponen a Cdina. El no es el único que se mete un billete directo y en publicidad con el estate.
ResponderEliminarMencionen a
Jlio Mtinez Pzo
E Kbral
uddy Gonz
guel Franjl
Adrn guel T-jda
Hctr rrera Kbral
La Luz
Meltn π-neda
Jo Baz Gerrer
Hctr Tin
Vctr Gomz