Los doce "enemigos de
Internet"
Arabia Saudita, Baréin, Bielorrusia, China,
Corea del Norte, Cuba, Irán, Myanmar, Siria, Turkmenistán, Uzbekistán y
Vietnam, se encuentran entre los países considerados opositores de la web.
No se trata de un ranking porque,
según los voceros de Revista Sin Fronteras, la diversidad de los atentados
contra la libertad de información en Internet impide jerarquizar a los unos por
encima de los otros. México e India no son mencionados, pero también allí
fueron asesinados activistas de la red en 2011.
Doce Estados aparecen en la lista
“Enemigos de Internet”, publicada por Reporteros sin Fronteras con motivo
del Día Internacional contra la Censura en la Red que se celebró este
lunes.
Esta es la cuarta vez que la
organización no gubernamental llama la atención del mundo hacia los países en
donde los internautas son objeto de intensa vigilancia, el acceso a la red es
controlado y la información disponible es censurada.
Matthias Spielkamp, directivo de RSF,
está convencido de que el Estado chino invierte mucho dinero y tecnología en la
vigilancia de las actividades de los ciudadanos en la red.
Desactivar por completo la Internet,
como lo hizo el Gobierno egipcio durante las revueltas de 2011, ya no es
necesario: cuando surgen protestas en China, la red puede ser desactivada o
ralentizada a escala local desde Pekín. “Esa es una forma muy sofisticada de
vigilancia, control y censura”, acota Spielkamp.
Desde luego, hay regímenes
autoritarios que con gusto limitarían el acceso de la población a Internet, si
tuvieran los recursos para hacerlo. Spielkamp pone como ejemplo el caso de
Zimbabue: el Gobierno de este país africano no aparece entre los “Enemigos de
Internet” porque sus estrategias para coartar la libertad de expresión e
información no se enfocan en la red. En Zimbabue, la telefonía celular juega un
papel mucho más importante que Internet.
Libia y Venezuela no figuran en la lista
Una nueva “carrera armementista”
Por otro lado, RSF ha explicado que
el proyecto “Enemigos de Internet” no alberga ambiciones de exhaustividad
porque es prácticamente imposible para la organización analizar la situación de
Internet en cada uno de los países del mundo. No obstante, RSF ha publicado una
segunda lista este año, titulada “Bajo observación” y conformada por catorce
Estados. Entre ellos están Australia, Corea del Sur, los Emiratos Árabes
Unidos, Francia, India, Rusia y Turquía.
La lista la completan Egipto,
Eritrea, Kazajistán, Malasia, Sri Lanka, Tailandia y Túnez, pero ésta se puede
ampliar para que abarque a Azerbaiyán, Marruecos, Pakistán o Tayikistán, en
donde RSF ha registrado casos de censura y control estatal. Además, el informe
de RSF hace énfasis en que los Estados de Europa y Norteamérica tienden a
valorar más una supuesta seguridad en Internet que la noción de libertad en la
red, lo cual explica el auge de los mecanismos para filtrar información.
En Europa y Norteamérica se tiende a
valorar más una supuesta seguridad en Internet que la noción de libertad en la
red.
RSF mencionó que Libia y Venezuela
desaparecieron de la lista este año, pero la manera en que describe la
situación en estos países tiene un amargo toque de ironía: Libia no aparece
entre los “Enemigos de Internet” porque, de momento, no hay un Gobierno
establecido en Trípolis capaz de vigilar la actividad ciudadana en la red y
Venezuela, porque el acceso a la red todavía no se ha visto coartado por una
ley decretada el año pasado.
La organización sostiene que la
tendencia internacional al control de Internet es cada vez más marcada, debido
a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Bielorrusia y
Uzbekistán han hecho un uso notable de estos adelantos, dicen los activistas de
RSF. Spielkamp asegura que la tecnología que facilita la censura proviene con
frecuencia de China, pero admite que todavía se sabe muy poco sobre las vías de
circulación de estos mecanismos.
Una nueva “carrera armementista”
Lo realmente preocupante, dice
Spielkamp, es que empresas francesas, estadounidenses y alemanas estén
participando activamente en el desarrollo de dispositivos para controlar la red
y otros medios de comunicación. “Por ejemplo, se ha criticado severamente el
hecho de que la alemana Siemens haya hecho posible la exportación a Irán de
mecanismos para la vigilancia del servicio de mensajes cortos (SMS)”, cuenta
Spielkamp.
Esta situación ha hecho que en Europa
y Estados Unidos hayan surgido iniciativas y se hayan propuesto proyectos de
ley para restringir y condicionar la exportación de este tipo de tecnologías. Y
es que el aumento de la censura podría conducir a que desaparezca la “world
wide web” tal como la conocemos; al final, los internautas terminarían
navegando en un estanque muy pequeño, en una suerte de Intranet de alcance
regional.
Sin embargo, no todos los expertos
temen que la censura acabe con la red global. Hay quienes temen la
generalización de formas de control mucho más pérfidas. El propio Spielkamp
hace alusión a la tendencia de ciertos Estados a reducir la censura y aumentar
la vigilancia, con miras a obtener mayor información sobre los ciudadanos.
También para ello se necesitan dispositivos altamente sofisticados.
Es por eso que RSF describe los
esfuerzos de los Estados para controlar Internet como una nueva forma de
carrera armamentista.(Fue)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se valora el envío de comentarios no ofensivos apegados a la moderación.
NIURKA BAEZ,
Moderadora de comentarios