Dios
y la fe como parte del "show"
Detrás del dinero, la fama y la estelaridad que prometen los
concursos de canto de aficionados han llegado los religiosos con su mensaje
búblico.
Nada más contradictorio que gente de la iglesia estén
tomando los cánticos religiosos para comercializar con ellos en
"shows" paganos del mundo secular.
Si se analiza bien, ello va contra la palabra de Dios, pues
esos intérpretes se convierten de ese modo en "mercaderes del
templo", compitiendo con los paganos que le cantan el demonio, pero persiguiendo el mismo objetivo.
Parten del criterio de que por ello merecen la preferencia.
En el fondo
subyace la velada intención de alcanzar la indulgencia del público y el jurado, pretendiendo
que por cantar a Dios se vale hacerlo mal.
Para ellos, lo importante es el mensaje. Y lo cierto es que muchas veces logran convencer
algunos jurados sin criterio de esos que se buscan ahora como parte del mismo
"show" de televisión, sin ninguna preparación ni capacidad de
valoración.
Ello no dista mucho de lo que anteriormente acontecía en los
años 70.
Los que vivimos la época de la Nueva Canción, o "la
canción protesta", como también se bautizó el movimiento, nos vimos obligados
a enfrentar la oleada de aficionados y cantantes sin condiciones que entraron en esa modalidad.
Por el hecho de tomar una guitarra y salir a cantar temas
"revolucionarios" pensaban que había que aceptarlos, con el chantaje de que el que se
opusiera o los rechazara estaba actuando en contra de la revolución.
En "El Show del Mediodía", siendo Yaqui Núñez productor y presentador, se veía
obligado a darle participación a cantantes malos que decían ser intérpretes
"de la nueva trova", para evitar que los sectores de
izquierda lo consideraran un agente del imperialismo yankee que se oponía
a la canción revolucionaria y a sus intérpretes porque era un defensor del
capitalismo y sus artistas.
Particularmente El Zorro reconocía y apoyaba como
nadie a grupos como "Expresión Joven", "Convite",
"Nueva Forma", donde estaban Ramón Leonardo, Víctor Víctor, Luis
Diaz, Chico González, Manuel de Jesús.
Y como solista femenina Sonia Silvestre, a la cual sectores
de poder de los doce años de Balaguer tenían en la mirilla, con su inclinación
a la canción de los cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
Los intérpretes de la nueva canción dominaban la radio, la
televisión, y ello fue lo que hizo posible el célebre festival de Siete Dias
con el Pueblo en el Estadio Olímpico.
En ese tiempo, aparte de las páginas de El
Nacional, Zorro dirigía la sección de espectáculos de la revista Ahora!, la más
importante de la época.
Junto al difunto Orlando Martínez compartía muchas actividades culturales y hasta sociales,
con los intérpretes de la nueva canción, con reuniones y parrilladas de "hot
dogs" en las casas, sin importar la vigilancia y la mirada recelosa de los
organismos de seguridad del Estado y la represiva policía ded aquellos años.
Es decir, El Zorro cumplía su cuota de responsabilidad social y aporte a las
expresiones musicales de la época.
Pero no se dejaba chantajear de los "malos"
que se cobijaban en la nueva canción para tratar de "pasar".
Lo mismo ocurre ahora con los que se escudan en cánticos
cristianos de la iglesia, para ganar o llegar a las finales de los concursos de
canto, sin tener condiciones para ello.
Como pueden ver, no es una actitud de ahora. Desde siempre
Zorro ha tenido una visión clara del sendero en el bosque y en la selva.
Recuerden que el bosque es mágico... y la selva peligrosa.
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NIURKA BAEZ,
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