Y este desnudo
de la "mantilla y el clavel" de Zuloaga resplandece por sí solo
aunque nos evoque semblanzas goyescas o las densidades de Romeros de Torres. La
pose chulesca pone de manifiesto un cuerpo de belleza gitana que está a la
espera de demostrar que la praxis no tiene otra filosofía que la de la entrega
plena. Y que al espectador no le queda otra opción que contemplarla sin poder
hacerla suya aunque en cierto modo siempre le quedará un instante para
invocarla.(Vivencias Plásticas)
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NIURKA BAEZ,
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