EL CLUB DE LOS CAZAFANTASMAS ESTA VEDADO EN CATACUMBAS QUE DAN A LA CATEDRAL
Lo dijo en son de broma, Kin Sánchez, del Cluster de Santo Domingo, que opera en la zona colonial. Sostiene el criterio de que en la denominada Ciudad de Ovando hay más fantasmas que en Londres.
Si tomamos el asunto con pinzas, concluiremos en que es exagerado el planteamiento, pues Londres es proverbial en historias centenarias, noveladas por escritores durante varios siglos, en los que los más famosos personajes de ultratumba han alcanzado los máximos niveles de atención y popularidad a través del tiempo.
Kin pertenece al Cluster Turístico, y ojalá Santo Domingo tener la fama de Londres con sus fantasmas, porque ello se convierte en un atractivo para gente de todas partes. recuerden que no todo el mundo le teme ni le huye a los fantasmas. Al contrario, hay clubes, sociedades y entidades, que los persiguen, como la entidad que hay aquí. Cuando viene a ver, no es la gente la que estaría huyendo de los fantasmas, sino éstos tratando de que no los descubran.
Pero la comparación con la capital del Reino Unido no debemos verlas mal porque después de todo si hemos tenido a un presidente que prometió hacer de nuestra capital un Nueva York chiquito, por qué no podemos tener gente que quiera hacer de nuestra ciudad colonial un Londres chiquito?. Después de la pretensión de Leonel, todo se vale.
Además, pienso que es más fácil lograr un Londres chiquito, a nivel de fantasmas, que un Nueva York chiquito en lo que a desarrollo y a urbanismo se refiere.
De las catacumbas de Londres han salido todos esos fantasmas y vampiros que alimentan hoy día la imaginación y la superchería de la gente, pese a que las de Roma y Paris son más grandes.
Allí hay lugares inaccesibles, que han sido vedados y resguardados por las autoridades, no se sabe con cuál propósito.
Mientras los norteamericanos guardan celosamente sus descubrimientos, sus armas para el dominio del mundo, y cuentan con un archivo clasificado, alejado de la lupa colectiva, en Londres, Roma y en Paris resguardan sus fantasmas.
Pero no vayan a creer que aquí estamos muy lejos de ese comportamiento.
Una ciudad tan antigua, la primada de América, guarda también grandes secretos. Nadie puede negar que en torno a la figura de El Almirante (hay gente que hasta teme pronunciar su nombre) se ha alimentado la creencia de que trae mala suerte.
Los creyentes hablan de que la colonial es una zona que no no escapa al maleficio de almas que vienen arrastrando sus penas desde la época de la Colonia, cuando algunos eran esclavos y otros grandes señores, explotadores de las riquezas de la isla Hispaniola.
No en vano las películas sobre piratas alcanzan su cenit en El Caribe. Y no es casual que entre los piratas del Caribe que llegan a través del cine los personajes fantasmagóricos ocupen un sitial de primer orden.
En la imaginación popular que ha alimentado esas historias se advierte que los fantasmas del Caribe conviven realmente con nosotros en la zona colonial.
Esos fantasmas coloniales que trajeron los españoles desde Europa, algunos de ellos verdaderos forajidos y delincuentes, son los mismos que han hecho fracasar muchos negocios. A su accionar misterioso se atribuye la creencia de ser los responsables del fracaso de la mayoría de los establecimientos comerciales que se han instalado en la zona colonial, donde sus dueños han terminado siendo ahuyentados de la zona como si se tratara de una cruel y milenaria venganza.
Se menciona, entre otros, el fracaso del Bar Bachata Rosa de George Nader, que se decía era también de Juan Luis Guerra. El Restaurant Tierra y Mar, La Llave del Mar, La Taberneta, La Carreta, El Sexto Sentido, El Taquito, La Espiral, La Atarazana languideciendo y El Canario con su Patio más encima de la cabeza. En fin, más de un centenar de negocios que al momento no recordamos.
A cada instante, desafiando el maleficio, se abre un lugar, y no pasa mucho tiempo sin que se decrete su cierre, como el lujoso restaurante donde está ahora El Agave. Inversionistas franceses, españoles, italianos, haitianos, han visto fracasar sus negocios, de una manera tal que sorprende a mucha gente, pues a la zona se le atribuye un gran potencial turístico.
Lo curioso es que con algunos se cumple, y con otros no. Como si los fantasmas tuvieran sus víctimas favoritas.
Dicen los fetichistas y teóricos especialistas en fantasmas y en la zona colonial, que el único lugar que ha podido escapar del sortilegio es la Plaza de España donde hay una cadena de restaurantes turísticos, con los cuales “los seres” al parecer no se han querido meter.
En ocasiones, hay noches, en que todos lucen llenos de parroquianos, sin importar su especialidad.
No se deja de mencionar el hecho de que están ubicados en la zona amurallada de la ciudad desde donde se oponía la mayor resistencia a los piratas del Caribe. Que como evidencia de esa lucha, ahí están los viejos cañones, con los que se trataba de impedir la llegada de buques de piratas, bucaneros y filibusteros, entre ellos los famosos Francis Drake y Pata de Palo, en cuyo entorno hay sendos establecimientos que llevan sus nombres, lo cual se dice no ha sido así por simple casualidad.
Se afirma y jura que no es casual que un restaurante se haya denominado Drake y otro Pata de Palo. Que "maña fuera", que esos fantasmas no protegieran una zona donde hay establecimientos donde se les rinde culto a su memoria. Se sostiene con una firmeza espantaosa que por ello los restaurantes de la Plaza de España son "clase aparte", y nunca van a ser molestados, ni van a fracasar, según los fantasmagólogos.
Todo esto pudiera ser desentrañado, si los grupos criollos de cazafantasmas, de los cuales ya hemos hablado,. pudieran tener libre acceso a ciertas zonas vedadas por el cardenal, a quien al parecer no le interesa que se develen ciertos misterios.
Sobre todo los que se esconden en las catacumbas de la catedral.
Antes de cerrar esta reflexión quisiera advertir a todos que si no volvemos a tratar el tema, es porque tenemos la ligera sospecha de que el viejo con el que nos sentamos, algunas veces, al atardecer, a tomar café y a conversar en la calzada de su vieja casa en la zona colonial, es un fantasma. Después de todo, uno no puede arriesgarse a tanto, y ninguno de ustedes va a salir a defenderme...
Dicen que curiosamente los únicos que no tienen problemas con los fantasmas de la zona colonial son los perros, que los perciben y conviven con ellos.
¡Ven aca!
ResponderEliminar¿La página llega hasta aquí?
Parece que al Hard Rock Cafe no le cae el maleficio porque está directamente al frente de la estatua del innombrable y cada dia le va mejor
ResponderEliminarQue Hardr Rock no tiene maleficio?. Tan grande es el maleficio que ahi tocan merengueros tipicos, bachateros, y todo el que no encuentra donde presentarse. Ese es un colmadon, un drink cualquiera, y nada tiene de la filosofia de las Hard Rock Café de otrtq parte. tienen que alquilarlo a cualquiera para sobrevivir. La maldición de Coión le cayó.
ResponderEliminarEl motivo principal de la debacle de esos negocios es que quieren cobrarle a uno como si le estuviéramos comprando parte de las acciones por los precios tan elevados y el chín de comía que dan en un servicio. Los que van no vuelven ni mataos. Es un atraco a la clara.
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