lunes, 22 de octubre de 2012




Es usted esclavo del dinero?


En los últimos días he sido observado con detenimiento los comportamientos financieros de muchas de las personas con quienes comparto diferentes esferas de mi vida: he detectado cómo administran su dinero en el trabajo, en la universidad, al salir un fin de semana, en un día de compras o bien en uno que hace parte de su rutina. 

No pretendía encontrar comportamientos idénticos en relación al manejo y a la administración que hacen de su dinero, pero para mi sorpresa encontré un común denominador que resulta preocupante y que atenta contra el equilibrio de las finanzas personales de cada uno de ellos sin importar profesión, nivel social, nivel educativo ni los objetivos proyectados.

A este particular fenómeno lo llamo “La esclavitud del dinero” característico de aquellas personas que trabajan para ganar dinero, pero una vez ganado lo gastan todo e incurren en deuda y deben volver a trabajar para seguir obteniendo más dinero para poder nuevamente gastarlo y de esta manera crean un círculo engañosamente repetitivo. Sin darse cuenta están hipotecando no solamente sus bienes materiales sino tal vez el bien más preciado que tienen: la vida.

Al hipotecar su vida están condenados a trabajar hasta que puedan pagar todas sus deudas - bien pueden ser meses e incluso años-  y de esto no pueden escapar. La cruda realidad es que el dinero por el que trabajan largas jornadas no les pertenece, pertenece a los acreedores y, casi que por arte de magia, se han convertido indudablemente en “esclavos financieros”.

Los “esclavos financieros” llevan una vida que gira en torno al dinero  y llegan a sufrir afecciones evidentes en su salud como dolores de cabeza, náuseas, nerviosismo, irritabilidad y cansancio mientras que quienes administran cuidadosamente sus ingresos gozan de autoestima,  tienen el control de sus vidas, sufren menos presiones y por tanto disfrutan de una placentera tranquilidad.
  
Veamos las características de un “esclavo del dinero” para que podamos reconocer si es esta nuestra realidad:

x Hace horas extras para pagar las facturas

x Utiliza dinero de sus ahorros para cubrir gastos periódicos

x No para de gastar

x Vive preocupado por las facturas

x No sabe cuánto gana

x No sabe cuánto gasta

x No sabe cuánto debe

x Tiene sentimientos de culpa después de adquirir un producto

x Siempre tiene un pretexto para justificar su situación financiera (ese salario es muy bajo, todo en esta ciudad es absurdamente caro, los bancos son unos ladrones, etc.)

x Nada lo satisface: ni el trabajo, ni el jefe, ni el salario, ni su casa, ni su carro, ni su ropa.

Si después de leer estos diez rasgos sentimos que somos prisioneros de nuestro comportamiento financiero y de las decisiones que hemos tomado con respecto al mismo no tenemos otra alternativa que buscar el camino de regreso a nuestra libertad financiera y para llegar, es oportuno tener en cuenta lo siguiente:
ü  No contraer más deudas.

ü  Enfocarse en las deudas más grandes y tratar de pagarlas en el menor tiempo posible.

ü  Hacer recorte de gastos en el presupuesto, al menos mientras se liquidan todas las deudas.

ü  Controlar el uso de las tarjetas de crédito. Si la situación está saliéndose de control es preferible cancelarlas y solamente usar  dinero en efectivo para evitar contraer deudas que muy seguramente le serán imposibles de pagar.

ü  ¡No seas esclavo de tu vida, naciste para ser soberano de ella! (Laura Margarita Rodríguez/F.Personales)

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NIURKA BAEZ,
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