Joseph Cáceres

Las vueltas que da la vida y el mundo. 
El hotel Sheraton por mucho tiempo fue uno de los establecimientos de gran atractivo, por sus variados lugares de entretenimiento, desde sus grandes salones para la presentación de eventos y espectáculos, pasando por El Yarey, la discoteca Omni, que organizaba bailables con las principales orquestas los lunes, para terminar en el restaurant La Canasta con sus formidables sancochos y caldos.
El área de la piscina también servía para organizar fiestas, sobre todo los días 31 de diciembre.
Todo eso desapareció cuando el Sheraton se convirtió en Meliá.
El hotel perdió todo su ambiente y la esencia que le llevó a convertirse en uno de los establecimientos de mejor ambiente y atractivo no solo para huéspedes y turistas, sino también para los dominicanos.
El letargo fue muy largo. Pero ya terminó.
El hotel vuelve a llamarse Sheraton, y en la tarde de hoy miercoles había convocado un encuentro con la prensa en el restaurant Da Vinci del establecimiento, para presentar el cambio y las nuevas propuestas.
Ojalá que vuelva a convertirse en un lugar de ambiente, porque ello da vida al espectáculo y a la vida nocturna.