Joseph Cáceres

Mientras Omega exhibe sus cuartos, y Rihanna enseña sus dos pachuché de marihuana en Holanda, la vida transcurre ruidosa y dicharachera en el pueblo, con su casa de dos pisos de la etapa republicana. Con sus carros de "el concho", siempre listos para entrar en huelga, ante la mínima señal de Juan Hubieres. El carrito que debería ser de hot dog, pero que aquí es de chimuchurri.  (Dice Don Tubérculo Gourmet, que eso de "hot dog" es pa' pájaro). La venta del buhonero en la calle, siempre en guerra con el dueño de la tienda de cuya pared está recostado. Y ay de quien le diga algo, porque él está "en la calle". El hombre que carga una silla, pero que también,  pudiera ser un chivo o un marrano. Porque en este país, hasta al diablo lo montan "a caballito" para darle un paseo, y no pasa nada. Estampas de mi querida tierra, que muchos de los que están lejos añoran, y que por ello se las recordamos.