Joseph Cáceres

                                

                                                    Por: J. Eduardo Martínez

                                  

Se ha escrito mucho acerca de la debacle del merengue a nivel nacional e internacional, siendo desplazado por la bachata en todos estos mercados.

Soy de los que piensa que la verdadera razón de “abrírsele el pecho” al merengue, se debe a la falta de relevo en las voces que lo interpretan.  El merengue no ha tenido en los últimos años, intérpretes jóvenes que se sumen a los ya conocidos.

El hecho de que comenzaran a ponerse calvos algunos, con muestras visibles de envejecimiento en sus rostros y el que haya llegado el tinte a sus cabelleras, ha sido el indicativo de su larga permanencia.  Ellos continúan siendo los líderes, pero si no se van sumando nuevos ídolos, que se identifiquen con los nuevos públicos, el ritmo pierde su furor.

En la mejor época del merengue había más de 200 orquestas merengueras, “regadas” por toda nuestra geografía y por el mundo.  A figuras como las de Pipí Franco, Rafael Martínez, Joseíto Mateo, Francis Santana, se sumaron figuras como las de Johnny Ventura, Wilfrido Vargas, Félix del Rosario, Luisito Martí, Frank Cruz, y a éstas a su vez se les sumaron figuras como Fernando Villalona, Sergio Vargas, Héctor Acosta, Carlos David, Los Rosario, Bonny Cepeda, Milly Quezada y un montón de etcétera.

Me copian?  El relevo, que a su vez se convierte en cantidad de intérpretes, permite la permanencia del ritmo en cuestión.

El Boogaloo fue un ritmo que desde que apareció, provocó un furor increíble entre el público de esa época, pero no tuvo la cantidad suficiente de intérpretes, o de relevos, y por ello fue efímero y su etapa fue corta.  Eso mismo pasó con la lambada, “amagó y no dio”.

Los y las cantantes que han aparecido en los últimos años, han tenido que abrazar ritmos que no son el merengue (bachata, salsa, baladas) porque en su momento no se trabajó adecuadamente el relevo del merengue y éste perdió terreno. 

Ni hablar del “molote” de jóvenes que se han ido por los ritmos modernos como el denbow, que es un género de muy pobre estructura musical y con una lírica vulgar, pero que los dispara, en muy poco tiempo, a la riqueza fácil que ellos buscan.  Ustedes se imaginarán lo que pienso de esto.

Como va la bachata, con relevos constantes, la salsa, con más y más exponentes jóvenes, la suerte del merengue, como ritmo bandera del país, es incierta.  En este momento, prácticamente todos los intérpretes criollos de merengues, tienen mas de 40 años de edad.  Compruébelo usted mismo.