Joseph Cáceres

¡Aguacate maduro!...

Los aguacates que hoy día venden en los supermercados son un verdadero fraude.
Muy grandotes y bonitos, pero poco sustanciosos y mucho menos sabrosos.
Resultado de la manipulación que hoy día sufren las siembras y plantaciones, en una lucha mortal contra la naturaleza.
Las fincas que producen aguacates en cantidad industrial obtienen la cosecha en breve tiempo, mediante el proceso de injertos logrando producciones abundantes en cualquier época del año.

Atrás quedó aquello de la "época de los aguacates".
Tanto han controlado el producto, que ya los aguates no son "cebosos", como antes.
Los que saben, ya no encuentran gusto agregando tajadas de aguacage a un sancocho con un arrocito blanco, a un mangú con longaniza, ni a una yuca de esas que les dicen "chivirica", porque se ablanda y se abre desde que la tiran al agua hirviendo.
El punto a favor es que ya no producen flatulencias, con lo cual se acabó aquello de "aguacate maduro...."
Es quizas la única ventaja que tienen los aguacates de este tiempo.
A veces es preferible no comprarlos. Para qué?, si no saben a nada...
Un ratón "gourmet"

Ya les conté que tras el azote del Ciclón David al país llegó una impresionante cantidad de ayuda humanitaria, con el fin de socorrer a los pobres damnificados por el fenómeno.
Gobiernos y entidades caritativas enviaron furgones de comida que se repartía entre  la gente.
Comestibles de primera calidad, como los que traía CARE.
Arroz, leche, frijoles, salami, tuna, quesos, todos de primera calidad, con el mejor estandar que pudiera cualquiera desear.
Como siempre, muchos de esos productos aparecían luego en venta en los colmados de los barrios, porque no hay quien acabe la mafia.
Pero la gente del pueblo también hacía negocio con la comida que le daban.
Por ejemplo, las barras de queso Cheddar enteras las vendían hasta por 50 pesos porque no les gustaba, alegando que les sabía mucho "a queso", acostumbrados como estaban a los quesos criollos detestables, malos, que no saben a nada, de esos que usted los tira contra la pared y rebotan como una pelota de goma o puede jugar al que "apara y batea" con ellos.
Quién es que ha dicho que aquí se hacen quesos buenos, cuando los únicos que se pueden salvar es el Geo y el Aguila?.
No ombe no...

Por suerte, aquí llegan los mejores quesos del mundo.
Suizos, holandeses, italianos, franceses, españoles, lo que permite satisfacer las exigencias de los paladares de los que tienen cultura en quesos.
No dejan de acontecer los contrastes, por ejemplo el de la casa de una figura del medio muy gourmet, donde se consumen quesos como el Parmigiano Reggiano de a 900 pesos la libra.
Tan "gourmet", que hasta los ratones de la casa lo son....
De otra manera no se explica que para atraparlo en la ratonera, sea un pedazo de ese fino y costoso queso, el que se le ponga de señuelo.
Un pedazo de queso Rica para el ratón de la casa?. ¡Por Dios!. El ratón sabe que hay "del bueno".
El morirá, pero lo hará con dignidad...