lunes, 18 de noviembre de 2013



Por Juan Colón

Cuando las primeras orquestas establecidas en nuestro medio: Antonio Morel, San José, Luis Alberti, Félix del Rosario, Rafaelito Martínez, de La Vega; Maravilla, de Puerto Plata; Universal, de Cotuí; Estelar, de Víctor Batista, en Santiago; Rafael Solano, por mencionar algunas, sus riquezas musicales eran tocadas en cada set para mantener interesados a los bailadores.

Estas agrupaciones tenían un amplio repertorio a escoger: bboleros, danzas, paso-doble, bossa novas, latin jazz, sones, montunos, guarachas, merengues, etcétera. Lograban así mantener enamorado al bailador, y podían cumplir con los diferentes gustos musicales de las personas amantes del baile.

Al surgir Johnny Ventura, todo comienza a cambiar al insertar más merengues en los sets, y luego que emerge el merengue de los 80’s, la revolución musical da al traste con el repertorio del bailador, que es obligado entonces a pasarse la noche completa al ritmo de merengue, quitándole la elección a escoger qué y cómo danzar durante toda la noche.
 
La rutina siempre ha sido nuestro peor enemigo en todos los aspectos de la vida, y con el paso de los años estas nuevas agrupaciones cayeron una tras otra en brindar lo mismo al bailador, causaron una saturación.

El público se quedó sin opciones, merengue la noche completa. Este patrón continuó por muchos años, pero al final se llenó el vaso con la última gota. El merengue dejó de ser el manjar ideal y la realidad obligó a buscar otras formas de disfrute.

Esto hizo que las nuevas generaciones aprovecharan el vacío que se veía en los clubes y salieran innovadores con nuevas propuestas que trataron de lograr aceptación, pero no obtuvieron el éxito buscado, fallaron en algo vital: el gusto del bailador.

Tampoco ofrecieron opciones, solo hubo una revolución en los jóvenes quienes les siguieron sin pensarlo, pero se desprendieron poco a poco, y ahora no quedan propuestas que atraigan al salón de baile. 

Pareció un éxito de momento, sin embargo, fue la propia mujer bailadora que sintió la gran diferencia entre el baile sensual y el baile sexual, y las damas de verdad optaron por salirse del salón de baile porque así lo lo sintieron, ya nada les atraía al baile.

Es que sí solo se les brinda un estilo de música, las aspiraciones de los bailadores decrecen y caen en un vacío porque se les va el romanticismo en su totalidad.

Dejaron de sentir las líneas melódicas, los hermosos arreglos musicales, y los diferentes tipos de géneros para que ser complacidos mientras asistían a las fiestas.

Si a la música se le quita el romanticismo, la melodía y la armonía, el daño al oyente es inmenso, aunque muchos se nieguen aceptarlo.

Es muy sencillo de ver, el ser humano vive el romance, la melodía y siente la armonía en su corazón, aunque no lo entienda. Es una química que se produce, solo el amor nos une.

4 comentarios:

  1. Juan el tema lo trata sobre el punto de vista de un músico, pero el popular de la gente lo percibe de otra forma. Además todo evoluciona sea para bien o para mal. Igual pasa en la música americana. En los 50's y 60's el twist era lo más popular, pero pasó y le han seguido otros ritmos.

    En cuanto al merengue, desgraciadamente ha sido una música para baile, pues sus letras no dicen mucho, excepto lo que hace JLG. Nunca he visto el merengue como algo romántico, porque cuando uno oye un merengue, pareciera que primero hicieron la música y luego le añadieron las letras, pues en ocasiones son muy cursi y disparatadas. Da pena decirlo, porque es nuestra música, pero es la realidad.

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  2. El Sr. Juan Colón esta más perdido que el ''hijo de Lindbergh''--------------------- sencillamente este articulo es pura especulacion, porque nadie sabe a ciencia cierta que paso con el merengue y tampoco nadie tiene la solucion-----------------------------------------------salvo algunas excepciones, la mayoria de los generos musicales estan sumido en una profunda crisis y este desinteres de la gente tambien se manifiesta por el deporte y la politica.



    Miguel NY

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  3. E verdad uno tenia q ir al reservado de lo chino si queria dar una qemaita pq los muy hijo de buena madre NUNCA DABAN CHANCE PA UN BOLERITO NI LO DJ TAMPOCO.

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  4. Juan Colón, totalmente de acuerdo,la mala saturación sacó el merengue del mercado

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