Joseph Cáceres

“Laissez faire, laissez passer"

A propósito de lo publicado sobre Barahona, recibimos un correo de un lector anónimo, en el cual resume una experiencia dramática, que no quisiéramos pasar por alto.

Dice así:

"Hace un tiempo estube visitando el Sur, ya que nunca había estado en esta región del país. Bueno, cuando llegamos a Barahona decidimos ir a la playa, pues me habían dicho que los patos era una bonita playa.

Cuando nos estamos bañando, aparacieron 4 tigueres con machetes y pistolas en 2 motores. Nos atracaron, nos llevaron todo, hasta la jeepeta. Nos dejaron encueros, luengos fuimos  a la policia a poner la querella.

Todavia hoy, después de 5 años, estoy esperando que aparezca mi jeepeta, y nada. Más nunca quede con ganas de regresar a Barahona."

Eso que narra este amigo sucede a diario, y como se trata de algo que se ha hecho cotidiano, nadie se hace eco de eso.

La situación está que usted no puede en la carretera pararse a hacer pipí en los matorrales, por una urgencia y necesidad,  porque lo atracan.

Lo mismo acontece si se le poncha una goma de noche, y  baja de su vehículo a cambiarla.

Si le gusta la pesca y se va al litoral de la autopista Las Américas, donde pican mucho los peces, fácilmente que lo atracan, le llevan la vara, y hasta el pescado que ha sacado luego de mucha lucha y esfuerzo.

Tengo una amiga que vivió la experiencia de que iba con su familia de fin de semana para San Pedro de Macorís. Se detuvieron  en un área que consideraban segura para que un niño pudiera orinar, y cuando  vinieron a ver, fueron atracados por unos delincuentes que andaban en un vehículo.

Les quitaron dinero y pertenencias, y lo último que hicieron con la llave de la jeepeta fue que la tiraron al mar, antes de irse.

Está bien que uno quiera promover el país como destino turístico, pero no se hace lo necesario para que hasta la misma gente de aquí pueda viajar con seguridad.

Mientras tanto, el ministro de Turismo está en campaña, no ajeno a esta realidad.

Al final de cuentas, los malos somos quienes decimos los horrores que están aconteciendo con la seguridad ciudadana, en un país fuera de control y sin régimen, con una policía que no da abasto y con una justicia pusilánime y venal, de muchos jueces incapaces y sin carácter practicantes del "laissez faire, laissez passer"

Hacer esto solo es posible en una playa privada, vigilada, monitoreada y de acceso restringido.

Hay que pagar, para tener un poco de privacidad, y algo de seguridad...

Si puede, hágalo...No se llevé de los "boca aguá" que solo sirven para criticar y llevar la vida del otro, sin saber que la gente hace hoy día las cosas por seguridad, no por "echavaineo" ni ostentación.