"En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". (Campoamor)

Donde las dan, las toman...

Las cosas de la vida, en otros tiempos los dominicanos que llegaban a Nueva York se empleaban como lavadores de platos y en la limpieza de  los restaurantes de cubanos, boricuas y mexicanos. Y ahora es en los negocios de los dominicanos, donde uno ve gente de esas nacionalidades trabajando y buscando valla, como dicen.

Por ejemplo, bajamos a la cocina de la Casa del Mofongo, de Félix Cabrera, y allí vimos a unos diez mexicanos pelando plátanos para hacer tostones, otros como cocineros o lavando platos.

En el área de espectáculos Cabrera tiene colombianos. 

Y si seguimos buscando encontraremos a peruanos, ecuatorianos, guatemaltecos, nicaraguenses, y a muchos inmigrntes de diferentes países trabajando en empresas y negocios de dominicanos.

Cualquiera se engaña y piensa que por el hecho de que el dueño de una oficina, un restaurante, un supermercado, una discoteca,  un club, o una empresa artística es de nacionalidad dominicana, todos los empleados, hasta el que limpia el toilet, es también de aquí, y no es así....

O sea, así como las oportunidades de muchos de los nuestros en Nueva York fue lavando platos (como Nelson Estévez, que se inició haciendo eso en Nueva York, antes de  J&N Récords), con los años, luego se vira la torta, y se convierten en dueños de establecimientos de ese tipo, como el que tienen Juan y Nelson ahora en Miami.

En fin, que aquí se cumple aquello de que "donde las dan, las toman"...

Poderoso caballero, es Don Dinero….

Al dominicano no le gusta aquí cortar caña, y por tradición se le ha dejado ese tipo de trabajo a los haitianos. La contratación de jornaleros haitianos para el corte de la caña de los ingenios es precisamente el origen de los problemas que tenemos con nuestros vecinos.

De igual manera desdeña el trabajo pesado en la construcción, y tampoco queremos trabajar como guardianes y porteros, a menos que sea en compañías establecidas de las que dan esos servicios para sectores resienciales de gente acomodada que viven en las torres de Bella Vista, Los Cacicazgos, el Naco, Piantini, y  en  las mansiones de Arroyo Hondo.

Fuera de ahí , en otros sectores "ese es un trabajo de haitianos, de prietos", dicen algunos...

Pero, ¡Oh destino!...¡Oh mundo!...¡Oh Santo Cachón!.

No lo hacen aquí, pero se van a Curazao, y allí los ve usted en trabajos tan difíciles como la agricultura, en una isla agreste, con problemas de infertilidad en la tierra, que los curazoleños no quieren asumir, pero que emplean a los "esclavos" dominicanos, que aquí no lo hacen, pero allá sí porque ¡hay "cuartos"!.

¿Y a quienes les trabajan?...¡A los prietos curazoleños!...Y usted los ven en negocios o casas de familia limpiando el cuarto de baño,  lavando al perro, trabajos que no harían aquí y  se los dejan a los haitianos, pero que allá lo hacen porque ¡hay dinero!.

Claro, Curazao, aunque es una isla donde lo importan todo, tiene uno de los estándares de vida más altos del Caribe, con un Producto Interno Bruto "per capita" de 25, 500

dólares  estadounidenses (estimación del 2009), pero además una infraestructura desarrollada en base a su refinería de petróleo, turismo y servicios financieros.

Nosotros tenemos más qué ofrecer como nación, pero nos quedamos cortos... 

Y el dominicano tiene que ir hacia allá a "darle la boca" a gente del mismo color de los hatianos a realizar los trabajos "despreciables" que aquí hacen ellos.

Pero todo "por la causa"...porque el trabajo dignifica, y si hay dinero, ¡dale!. Todo es según la conveniencia... Por eso dicen que no hay hombre feo, ¡si hay cuartos!.

Y es que, señores, de nuevo tenemos que cerrar con un refrán, los cuales no son más que un resúmen de la sabiduría popular, y es el que reza: "Poderoso caballero, es Don Dinero".