miércoles, 28 de mayo de 2014

LA NOTICIA Y SU PESPUNTE

SANTO DOMINGO. Tras invertir RD$759.5 millones en los últimos nueve años en la habilitación y equipamiento de 1,079 salas digitales, la actual administración del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) concluye que ya no son viables como fueron concebidas y proyecta destinar RD$502.4 millones en un nuevo proyecto solo para 211 de ellas.

El presidente del Indotel, Gedeón Santos, asegura que el interés de los usuarios en visitar las salas ha sido afectado por el rápido crecimiento del acceso a la telefonía y a la Internet en la población, triplicándose esta última en ocho años -según Endesa 2013- al pasar de 16 % en 2005 a 46 % el año pasado.

En febrero de 2005 se abrió la primera sala digital en San Cristóbal, como parte de la iniciativa mundial de dar acceso a las redes y a la telefonía a sociedades subdesarrolladas, a través del servicio y cursos de formación en informática, ofimática, técnico en computadora e inglés, y carreras en línea. Sin embargo, la encuesta Enhogar 2013 establece que para el año pasado ya el 92 % de la población dominicana usaba celulares.

"Al pasar de una sociedad que tenía muy poca comunicación, ahora a tener una altamente comunicada, por lo menos por la vía del celular, pienso que los centros comenzaron a perder importancia", dice  el presidente del Indotel.

Dado el diagnóstico que hace el ejecutivo, la actual administración del Instituto tiene en carpeta invertir RD$502.4 millones en dos años para transformar 211 salas digitales en Centros de Servicios Múltiples Tecnológicos, donde el usuario podrá quejarse sobre la calidad del servicio de telecomunicaciones y fotocopiar, encuadernar y escanear documentos. 

Además, los centros tendrán una solución eléctrica de paneles solares y 32 de los locales un salón de videoconferencia. El primero fue inaugurado en febrero pasado en Villa Liberación, San Juan de la Maguana.

A pesar del gasto, de 1,079 salas digitales instaladas desde el 2005, el 13 % se eliminó, quedando 825 activas de las que solo 79 % tiene Internet. Además, el 16.5 % de las existentes necesita mejoría y el 38 % tiene una calificación buena, que puede implicar alguna deficiencia. A estas situaciones se agrega que hay equipos que resultan obsoletos y los sistemas operativos por igual.

En el almacén del Indotel, ubicado próximo al Hipódromo V Centenario en Santo Domingo Este, están guardados decenas de equipos que, aunque están desfasados tecnológicamente, pueden funcionar. En un taller recién adaptado se prevé reparar algunas máquinas. 

Sin embargo, en las afueras del local, están arrumbados monitores, CPUs, mesas y sillas que Pedro Cabrera, encargado del almacén, explica están a la espera de ser depuradas. Indica que la mayoría son insumos de salas digitales que se dañaron.

Pero no todo es malo. El 14 % de las salas activas funciona de manera "excelente", según un diagnóstico del Indotel. Una de ellas es la que opera desde 2007 en la fundación Acción Evangelizadora Católica en su recinto de la calle Gregorio Luperón en Hainamosa, Santo Domingo Este. El salón luce bien acondicionado, las computadoras funcionan y sus softwares se actualizan. Han impartido 80 cursos de informática en los últimos siete años a 1,505 personas.

Poca gerencia
La dinámica de las salas digitales se concibió con el criterio de que el Indotel las equipara y entregara su gerencia a una entidad comunitaria o institución pública o privada a quien se le confiaba una especie de contrato-guía para administrarla. 

La eliminación de decenas y las dificultades en otras vienen dadas por diferentes motivos, entre ellas robo de aparatos, deficiencia gerencial y barreras económicas. Este último punto ha sido obstáculo para que se renueven los equipos en muchas salas donde se usan máquinas con procesadores Pentium 4, descontinuado en 2008; y Windows XP, que Microsoft anunció que desde abril pasado dejó de darle soporte.
"Dejaron de creer en el proyecto"
Las salas digitales iniciaron en la gestión del hoy senador José Rafael Vargas cuando estuvo frente al Indotel entre 2004-2010. Del descuento que se hace a los usuarios en su factura para el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, se destinaron recursos para el programa.

Encargados de salas digitales visitadas coinciden en que durante la administración de Vargas el programa marchaba bien. Inclusive, datos del Indotel indican que en 24 del Distrito Nacional asistían 110 personas en promedio diario para el año 2010. Se consultó al legislador para entender qué pudo ocurrir tras su salida.(El Día)
Como siempre sucede, todo lo que depende del gobierno se daña fácil, se pierde, se abandona…
Cierto es que hay que renovar los programas y los equipos, pero no es para que tan rápidamente los dañen y deterioren.
No hay que olvidar que en las entidades públicas son tan indolentes que a a veces paran una máquina hasta por un tornillo.
El mejor ejemplo lo tenemos en las guaguas de la OMSA que vienen nuevas al país a dar servicio. No aguantan ni cinco años, y las convierten en chatarras.
Sin embargo hay quienes hacen importaciones de los School Bus amarillos de Estados Unidos, que descartan cuando ya tienen ocho a nos de uso, y llegan aquí enteritas a dar servicio de transporte por El Almirante, Villa Mella y lugares periféricos transportando gente.

Pero no vayan a creer que solo las salas digitales auspiciadas por Indotel las única que han sufrido el deterioro y abandono. Solo hay que recordar la biblioteca modelo que se construyó en el gobierno de Leonel Fernández para la UASD y el desastre de los equipos al poco tiempo.
¿Y qué me cuentan del bulevar de la 27 con de Febrero…de sus rayos láser, sus pantallas de video?.
¿Recuerda alguien la llamada Fuente Cibernética en la Máximo Gómez con George Washington?.
¿La barranquita, las instalaciones deportivas del Parque del Este?
Son muchas las inversiones que se hacen y que luego se abandonan,  que a nadie les duelen, y que salen todas todas de nuestros bolsillos y de nuestro dinero.

Cada vez que hacemos una llamada o pagamos una factura del teléfono residencial o el servicio del cable, estamos aportando  de nuestro dinero para que Indotel construya esas salas digitales  que al poco tiempo se convierten en chatarra y en material desechable, porque a lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta…

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NIURKA BAEZ,
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