Otro boche navideño...

El sicote de Techy Fatule

¡Joder! Os diré que me tienen sin cuidado los relinches de aquellos que acusais a vuestra servidora por el hecho de que  con los tantos años de vida  en España habeis adoptado los modismos, expresiones y el acento propio de los españoles, vale.

Y bueno, lo que vosotros, los equinos,  no podeis argumentar  en nuestra contra, es el que hayamos en algún modo criticado, atacado, las cosas nuestras, aquellas que forman parte esencial de la cultura dominicana. No sé si me entendéis,  pero me he formado y he asimilado otra cultura, y no por ello menosprecio lo nuestro ¡ostia!, como he visto que lo hace Techy Fatule, a la cual he visto que en una publicación le habeis dado el título de “actriz y cantante”.¡Gilipollas!

La Fatule, vale,  ha publicado en su cuenta de Instagram una foto de su visita a la tienda Delicias de Mi País, en la que aparece con una botella y un vaso de mabí, calzada con el siguiente escrito: “Probando el mabí por 1ra. vez en cosasdelpaismillon Aunque huele a zicotico jajajja SABE MUY RICO!! Qjajjaj”.

Como veis y leeis ella argumenta que está tomando mabí por primera vez, como si fuera la gran cosa. Qué gran descubrimiento, ¡joder!.

Alguno de vosotros podéis decirle que se ha estado perdiendo de una de las bebidas tradicionales naturales fermentadas más sabrosas,  que le ha dado fama al pueblo del Seybo, como es el mabí. Pero han visto como ha metido la pepa hasta el fondo, diciendo que el mabí que se bebe huele a sicote. Una manera artera de desacreditar la ingesta y la bebida al compararla con la mal oliente y desagradale exudación de los pies, y es algo que no podéis pasar por alto.

No sé si será que ella es de las mujeres champañeras, descorchadoras de Moet, que  menosprecia de ese modo y tira de la manta al llamado champagne de los pobres, pero  os parece una grosería imperdonable de marca mayor  compararlo con el olor de un sicote.

Habría entonces  que investigar los pies de esta tía para ver de dónde salta con esas comparaciones tan desafortunadas, no sea cosa que al olerse la tostada tengais los pies podridos, vale.

¿Me entendeis?. Creo que más o menos ya habréis captado lo que os digo. Si no, ¡púdranse!