Joseph Cáceres

Que el 440 original se junte para un nuevo disco 

Por Johnny Arrendel

Muchos, desde el primer momento asimilamos la conformación de 440 como un suceso que pintaba trascendental en la música dominicana.

Esta acogida comprendió el primer álbum, “Soplando”, un experimentó que marcó un antes y un después, particularmente para el merengue. 

Aunque siempre hay quienes resaltan que ese disco no tuvo carácter comercial, su impacto fue considerable, por la dimensión estilística que conllevó para el merengue.

Consideremos el valor agregado que aportó Soplando para un ritmo vigente fundamentalmente en el salón de baile, hasta entonces.

Un disquero con aptitud, como Bienvenido Rodriguez, vislumbró los alcances comerciales que prometía este concepto nuevo, y cuando les firmó el impacto no se hizo esperar.

A partir del álbum “Mudanza y Acarreo”, el Grupo 440 comenzó a escalar en el gusto popular, y fue más allá, al masificarse en el ámbito internacional.

Lo mejor fue que el fenómeno no nació y se expandió de manera excluyente, todo lo contrario, los mejores talentos fueron llamados a hacer su aporte con miras a configurar la expresión más elevada de nuestra música popular.

En tal sentido, recordemos que es Ramón Orlando quien “endereza” los primeros merengues comerciales creados por Juan Luis Guerra, y también participa el orquestador más avanzado en la época, Manuel Tejada.

A medida que 4-40 incrementa su proyección, pasa de cuarteto que actuaba con pistas en televisión y hasta en espectáculos en vivo, como en los Aniversarios de Casa de Teatro, a conformar una extraordinaria orquesta de respaldo,

Esa banda original, sin dudas, la verdadera All Stars que ha tenido el merengue, supera por mucho a otros proyectos grandiosos, como la Orquesta Internacional o The New York Band.

Músicos legendarios: Angel -Catarey-; Miró Andújar; Janina Rosado; Juan –Chocolate- de la Cruz; Isidro Bobadilla; Crispín Fernández; Bolivita Quiñones; Fermin Cruz; Kaky Ruiz; Rafael Guzmán; Isidro La Güira; Luisín del Rosario; Papo Cadena; Armando Beltré; Pavín, en fin,  casi todos los que grababan la mayor parte de la música dominicana para esos tiempos.

Como muchos dominicanos, me convertí en un fanático de la agrupación, incluso cuando se definió a Juan Luis más allá del papel de líder, que tenía desde el principio, sino como figura absoluta, que llegó a su máximo con el álbum “Bachata Rosa”.

Sin embargo, a partir de entonces, descubrí que lo que en verdad me atrapaba era el concepto 440  (y es un asunto personal, de mi gusto), ni siquiera Juan Luis Guerra y 440, sino el proyecto original que exponía ideal de “afinación perfecta”.

Por eso confieso que desde mi punto de vista particular, sería maravilloso y artísticamente viable, y de seguro, económicamente impactante, que Juan Luis Guerra y los integrantes originales de 440 se junten, aún sea por solo una vez más, entren al estudio de grabación y produzcan un nuevo y especial álbum.

Para este proyecto, que con sinceridad, no sé si constituye una utopía, Juan Luis podría convocar otros  letristas, al estilo digamos de Fernando Echavarría, para superar así algunos clichés en los que incurre con frecuencia en sus discos más recientes.

Creo que retomar en estos momentos la plataforma 440, con Maridalia Hernández, Mariela Mercado y Roger Zayas Bazán, más los aportes de otros de la talla de Adalgisa Pantaleón,  sacudiría a Juan Luis y podría revertir la tendencia a que a este gran dominicano se le vea como “artista de catálogo”.

A proposito, ¿Qué pasa con los espectáculos que en estos momentos presentan en conjunto Juan Luis y Marc Anthony? ¿Cumple esa gira con las expectativas de ambos exponentes?