UN VISTAZO CON LUPA A LA TV

FUNDAMENTALISMO Y ORTODOXIA EN EL TEATRO, EL CINE Y LA TELEVISION

El teatro, el cine y la televisión con los seriales y novelas   se regían anteriormente por criterios muy fundamentalistas y ortodoxos, construídos  en base a las leyes de la poética aristotélica, que tanto estudiamos en nuestro aprendizaje de arte dramático,  que se correspondían muy bien  con los patrones establecidos.

En el teatro tradicional, se encadenan  una serie de acontecimientos conmovedores en torno a un personaje  con lo cual se procura identificar al espectador.  Y a él  corresponde la parte principal en el desarrollo de la trama, con  la señalada  concatenación de acontecimientos, hasta llegar al momento cumbre, de crisis, de tensión, de ebullición ( los denominados nudos dramáticos), para alcanzar la conclusión y a la pacificación de las emociones luego del intenso momento.

Si lo llevamos al  lenguaje llano y popular, ello no es más que un comienzo, un desarrollo y un fín. 

En la televisión ello se reducía, in nuce,  a una crónica reproductiva.

EL TIEMPO RELATIVIZA LAS COSAS

Pero hoy día los tiempos han cambiado y vemos como en una obra la acción principal aparece  de manera continua diluida en el transfondo de acontecimientos que en apariencia  se ven como insignificantes,  que se van desarrollando a su alrededor, y  constituyen en si el núcleo, la esencia de la trama

Ello, empero, supone, una alineación narrativa de lo esencial, tomando en cuenta los factores imponderables, los imprevistos, los aleatorios, con una dosificación que privilegie lo esencial sobre lo que no es esencial. Y en este punto nos detendremos, en nuestras disquicisiones, para hacer  una acotación necesaria y talvéz puntual. 

METIENDO RELLENO, Y NO DE PAVO

Hay programas que tres terceras parte de su tiempo se lo pasan anunciando una actuación estelar, mientras van rellenando, agotando espacios con artistas y gente que realmente no valen la pena,  nadie conoce o que sencillamente no los aprecian, pero que sin embargo ocupan tiempo importante, que al final hace falta.

Cuando viene ya la atracción principal, no hay tiempo para que desarrolle su actuación, y apenas hacen un tema, que a veces el control master se lleva, porque se agotó el tiempo, y dejan a la gente "oliendo donde guisan”, con la consiguiente frustración y el enojo del artista.

Y hay que poner orden en el desorden, para que se respeten las reglas de juego y los compromisos que se asumen con cada quien.

ADMINISTRACION DEL RITMO, LA VELOCIDAD Y LAS PAUSAS

Ello viene a cuento a propósito de una observación que se nos ocurre.
Los programas de televisión, sobre todo de variedades, se deben regir por  el "timing", donde se establezcan altibajos  inducidos en base a un criterio de racionalidad, privilegiando los momentos de mayor intensidad, en los cuales ya se rompe fuente para el parto.

Si realmente se corresponden con una producción elaborada y bien pensada,  en el esquema de producción se debe establecer una distribución racional, teniendo cuenta de que se trata de una televisión gastronómica, de consumo masivo.

El Show del Mediodía desarrolla un esquema interactivo que se orienta básicamente en la denuncia pública, lo cual se ha sustentado en los últimos años en las figuras y las voces de Aridio Castillo y  Ventura, quienes ejecutan su trabajo muy bien, y así lo han demostrado.

No hay necesidad de que todo el que después de ellos hable allí sea en la misma vertiente.  Hay que tener alternativas, para lo cual se requiere de una estructuración orgánica,  bien pensada, con los altibajos necesarios para establecer  diferenciación en el menú de la oferta.

Menú en el que no se debe incurrir en untarle más mantequilla al pan con mantequilla.

Si todo el mundo va a denunciar  en vez de interactivo, el efecto será iterativo, que es  algo diferente.

Sobre ello gravita la sombra de un equívoco, y de eso deben cuidarse pues dice una vieja salsa que "dulce con dulce sabe más dulce"...pero en verdad lo que sucede es que empalaga, satura.

Talvéz sea por esa propensión a la denuncia total, es que ya no está en el programa el comentarista César Duvernay, quien posee un estilo sosegado, pero certero.

Y de todo debe haber en la viña del señor

El problema es que aquí no se le hace crítica a la televisión, con una crónica de arte que  solo repara en el hecho de que una presentadora está muy cute, haciendo hincapié o remarcando aspectos triviales, no se sabe si por falta de voluntad y de criterio, o como consecuencia de una ignorancia supina.

Si articulamos el enfoque en los términos antes expuestos, verguenza debe dar que el oficio de crítico  se le haya dejado a los televidentes y oyentes, a los cuales  escucha usted llamando a los programas para externar criterios muy certeros sobre lo que se le está sirviendo en la televisión.

JOCHY Y EL MAINSTREAM DE TELEMICRO

Jochy está pisando un terreno de arena movediza con su paso a Telemicro, y de ello debe cuidarse.

Es la planta mejor equipada, la de mayor alcance, la más moderna, con mejores facilidades y posibilidades, pero está orientada a un público fidelizado, que responde a una estructura, a un modelo de recursos programáticos  que se  ha acostumbrado y  cimentando sobre una base popular muy fuerte y sólida.

Pero, el público de Telemicro es diferente al de Telesistema y Antena Latina, y el que no aprende a lidiar con ese toro, fácilmente deja la sangre en la arena.

Ejemplos hay en el pasado cuando Cuquín y Boruga pasaron a trabajar a ese canal, y con todo y ser primerísimas figuras del humor, encontraron en el público un valladar.

La gente que ve el canal ha sido nucleada en base al humor de figuras como Raymond y Miguel, Boca de Piano, Titirimundati, y del desaparecido  Opción de las Doce.
El pueblo de a pie, y el de abajo, es la principal base de sustentación de Telemicro, aunque con esto no estamos en modo alguno sugiriendo descender a su nivel, pero si entender que no son  los clasemedieros de Telesistema que gustan de la música indie. 

Ello basta y sobra para advertirle a Jochy que  no debe andar allí con pies de plomo, como dicen, por lo de la arena movediza, por lo que  bien si le haría caminar mejor con tenis.

Aunque no crean que ese carácter fundamentalista  del público se expresa solo en Telemicro.

No olviden que en El Show del  Mediodía creyeron que iban a dar "un palo" cuando se llevaron a  Felix Peña, Rafael Alduey, y otros comediantes de Telemicro. Se recuerda que con todo y ser muy populares, "se guayaron", porque la línea de humor y del público del canal y del programa es diferente.

CUL-DE-SAC
Al margen de la realidad de tener que enfrentarse  a la necesidad de los gustos alternativos prevalecientes en Telemicro, que pueden llevar al equívoco de proponer una estética televisiva tou court, rompiendo con valores establecidos, con lo cual no estaríamos nunca de acuerdo, si sería interesante que se manejara el tema de la absorción que Jochy Santos ha hecho en la televisión de su programa El Mismo Golpe de la Radio.
La radio y la televisión, aunque sean familia, tocan y bailan un mambo diferente.
Y nada que ver con Peña Suazo el Rey del Mambo...
Pero ya de eso trataremos en otra ocasión.