lunes, 26 de enero de 2015

¿Hasta tú, Bruto?

Las mujeres "de vida alegre" ya no están promoviendo como antes el merengue en el extranjero
En una ocasión en que se celebró el Festival Oti de la Canción en Venezuela, en que Omar Franco fue el representantre de la República Dominicana, formamos parte de la comitiva que encabezaba el empresario Adriano Rodríguez que viajó a Caracas.

Adriano andaba con su esposa Teresa, pero en una noche libre, la dejó  en el hotel y nos fuimos de “jangueo”, para los lugares  donde estan las dominicanas que "fichan" y "alternan" en los bares.

Nada más allá de la simple curiosidad, quede claro, de conocer de cerca la realidad de dominicanas que han ido  a otros países a “buscar el sustento de su familia”. Y en eso hemos sido siempre bien abiertos.

Fuimos a los bares y las mujeres se volvieron locas cuando nos vieron y hasta nos anunciaron en los shows de bailarinas como "celebridades de República Dominicana".

Nos mostraron como era que “fichaban”, pidiendo tragos caros, falsos, que tenían que pagar sus "victimas" acompañantes.

Pero nos fijamos en un detalles interesante, que de no haber acudido al lugar, no hubiésemos observado.

La música que las chicas coreografiaban  y que se escuchaba en el equipo de música casi toda la noche era el merengue.

Pero lo mismo pudimos advertir en una ocasión en que viajamos  a Europa  con Pochy Familia y la Coco Band, que junto a su manager José amable, y un empresario alemán de nombre Richard, nos fuimos de “jangueo”, y cruzamos en automóvil de Bélgica a Holanda, visitando el Barrio Rojo de Amsterdam.

Las mujeres dominicanas que se exhiben en las vidrieras se pusieron esquivas, no  por ver a Pochy paseando por la zona, sino por el periodista.

Cerraban las cortinas para que no las viéramos, desde que reconocían a Zorro en el grupo.

Con todo y ello, algunas salieron de sus negocios y se nos acercaron tímidamente, acompañándonos en el paseo que hacíamos caminando por la zona, y explicaron la razón del  miedo.

Dijeron que Freddy Beras Goico había estado allí meses antes, y que  cuando regresó al país "las acabó" en El Gordo de la Semana.

Que cuidado si andábamos con cámaras secretas para filmarlas, porque ellas tenían sus casas y  sus familias en el país,  los cuales creían que estaban allí trabajando en labores domésticas, y no "buscándoselas" en las vidrieras.

Por suerte las convencimos de que no era nuestro interés hacer reportaje alguno para atacarlas. Y nos ganamos su confianza diciéndoles que si así fuera, bastante mujeres "encopetadas", con rango social elevado había en el país ejerciendo como sexo servidoras "de cortina" y nadie las atacaba,  denunciaba ni decía nada, pues aquí siempre se cogen piedras para el más chiquito.

Las muchachas entraron entonces en confianza y nos llevaron  a los bares de la zona, donde pudimos comprobar lo mismo que observamos en Caracas.
Las velloneras de los bares de la Zona  Roja de Amsterdam estaban cargadas de merengue, que sonaban a todo dar, poniendo  a bailar a turistas y visitantes de todas partes del mundo.
Esa música era pautada por ellas.

Cuando regresamos hicimos un reportaje en El Nacional, a favor de las mujeres dominicanas que ejercen la más antigua profesión de la humanidad en Europa.

Dijimos que los merengueros dominicanos deberían agradecerle a ellas la difusión de su música en Europa.

Que cuando visitaban el país se llevaban todos los temas de los merengueros dominicanos,  y los colocan en los equipos de música, o se los daban a los disc jockeys para que los pusieran en las rutinas de sus pautas. (Aquí el el país, ya hemos dicho, que el merengue de Johnny Ventura fue sustentado por las mujeres de vida alegre del cabaret y de  Cambumbo en la parte alta de la capital)

La promoción que hacen esas dominicanas  a nuestra música es gratuita.  

Independiente de su oficio, es una exaltación a lo nuestro en del extranjero, mejor que la de ciertos embajadores que se ganan un dineral sin hacer nada por el país.

Es la parte bonita, humana, patriótica, de mujeres que ejercen un oficio feo, a la que en vez de atacar, hay que tratar de re-encauzar.

Una labor que paradójicamente, también le está ahora haciendo falta al merengue tradicional.

Y lo decimos porque ya no se están llevando el merengue como antes. Ahora es bachata, salsa, dembow, los urbanos criollos, los que se escuchan en los bares que frecuentan  las dominicanas.


¡Hasta en las promotoras “que abren las piernas”, ha perdido terreno y espacio el merengue!

3 comentarios:

  1. Curiosidad ? ummm !!... Que pasa zorro no vamo a da con la de mito ?..La palabra " jangueo " no es sinonimo de investigacion periodistica, y las mujeres se chiviaron al verlo. Estoy de acuerdo en su defensa de estas nobles embajadoras merengueras, del trago, y las piernas, es mas voy mas lejos y propongo que el señor ministro de turismo las visite con un jugoso cheque para cada una de ellas, y que el recien señor canciller se apersone para ver cual es su situacion real en el extranjero y ayudarlas, esa podria ser una solucion para la tan anhelada marca pais, por algo hay que empezar. digo yo.

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    1. Caballero, ud cada vez que opina ,lo que opina Es pura . M. Por favor ya cierre el hocico, perro,

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  2. TAMBIEN HICIERON LO MISMO CON LA BACHATA

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