A propósito de "el fucú"

El elefante no tiene quien le escriba…

Como en anteriores ocasiones las Estrellas Orientales estuvieron cerca de romper con "el maleficio" que, se dice, les impide desde hace 45 años ganar un campeonato.

Es duro decirlo, pero ello en cierto modo alimenta la pesadumbre y la pérdida de "bujía" que se le atribuye a San Pedro de Macoris en los últimos tiempos, que de ser una de los pueblos más progresistas y pujantes,  pionero de grandes eventos y acontecimientos históricos de la nación, apenas se le menciona como cuna de grandes peloteros, con la paradoja que ni siquiera eso le ayuda a brillar en el beisbol ganando un campeonato.

San Pedro de Macoris se ha quedado relegado, no solo en beisbol, dejándose tomar la delantera de otros pueblos del Este, que en el pasado, como se dice, "no le cargaban la maleta".

Son de los fenómenos que se dan, como parte de la movilidad social y económica de los pueblos de la nación.

Todo iba bien con San Pedro y su equipo de las Estrellas Orientales, hasta que comenzaron a hablar del fucú, atribuyéndole el maleficio al merengue Marcos Caminero, uno de los más fervorosos defensores de su equipo y de su pueblo.

Pililín, como le dicen, es tan fiel a su gente y a los suyos, que una vez estando en su casa, nos invitó a que salieramos al patio de la residencia, desde el cual se accesa al cementerio municipal, y a  la tumba de su padre.

Es decir, que su padre está enterrado practicamente en el patio de la casa.

El fucú no es Marcos Caminero, como se dijo en son de broma, provocando el enojo del merenguero.

Y no han faltado quienes consideran que cuando se comenzó a hablar de ese tema "azararon" a las Estrellas Orientales, desempolvando los "espíritus malos" dormidos.

Ahora bien, con esto del llamado fucú han ocurrido situaciones insólitas, que de algún modo contribuyen a alimentar la creencia y la superstición en torno al alegado maleficio.

Lean esta historia de la vida real en San Pedro de Macoris.

En una ocasión vino de gira al país un circo que incluía varios animales como parte del show.

Después de agotar una temporada de presentaciones, inicio un recorrido por los principales pueblos del país.

Todo iba muy bien, hasta que llegó con su show y su carpa a San Pedro de Macoris.

Y ocurrió algo que no se da muchas veces,  y fue que se murió el elefante en San Pedro.

¡Y el elefante es el símbolo de las Estrellas Orientales!. ¡Vaya usted a ver!. 

Con el agravante de que luego nadie quería correr con  los gastos del entierro del animal.

Los del circo se hacían "los payasos", y los del ayuntamiento se hacían "los locos" con los despojos del paquiderno.

Había que contratar una grúa y un camión de volteo  para subir esa mole de carne, y nadie quería dar la cara.

Con el riesgo de que si no si no se procedía en el tiempo prudente, a los tres días iban a tener que evacuar a San Pedro de Macorís, y declarar un estado de emergencia, si explotaba aquella vaina.

Por suerte al final se pudieron de acuerdo y resolvieron el traumático caso que forma parte de la historiografía del fucú  y la mala suerte, de lo que nadie en San Pedro quiere hablar.