La critica social en el país de las casualidades y las chepas (Parte llI)

El síndrome de adjetivos calificativos y superlativos…

Donde más se exageran, exaltan, se abusa y se corrompen los créditos, es en el mundo del espectáculo.

Parecería como si el público y los fanáticos fueran unos tarados mentales, a los que hay que bombardear con falsedades, para que puedan comprar y asistir a los shows.

Ahora  de todos los espectáculos se dice que son "mágicos", sin que  en los mismos aparezca  El Mago de Oz,  y ni siquiera Cucharimba, de Santiago. (A veces uno quisiera que fueran mágicos de verdad, a ver si desaparecen y nunca más vuelven).

Otras veces son "para la historia", sin que lo diga ningún historiador...(Por lo menos deberían buscar a Juan Daniel Balcácer para que haga un relato histórico, patriótico).

Son "electrizantes", sin que usted vea ningún alambre pelado en el escenario, y mucho menos a un electricista.

Son shows "inolvidables", cuando hace tiempo que desapareció el grupo de Los Inolvidables.

Son "contagiosos" cuando ya la gripe mala que anda, pasó...

Son "insuperables", sin saber todas las cirugias que se ha hecho la exponente urbana denominada  La Insuperable para tener esas "pompis" en su trasero, que ella dice tienen el valor de un carro. ¡Y qué carroza, ni que estuvieramos ya en el carnaval!

Son "extraordinarios", sin haber pasado por Sábado Extraordinario...

Son "mega conciertos", sin  que el artista haya sonado nunca un tema en La Mega "Te Pega".

Son "internacionales", cuando la Orquesta Internacional de Ramón Orlando hace tiempo que se desbarató, y solo quedó Ramón Orlando con su biblia.

Son "picantes", sin haber comido nunca un plato mexicano con chile, ni haberle visto un "cachete" a La Materialista.

Son "refrescantes", sin haberse bebido nunca una champola de granadillo, en una hamaca, debajo de una mata de framboyán.

Son "emocionantes", sin haber nunca despertado una mañana entre las piernas de Georgina Duluc.

Son "sorprendentes", sin haber nunca visto a Ricky Martin saliendo del closet en tangas.

Son "arrebatadores", sin que nunca un tiguere que anda en una motocicleta le haya arrebatado el celular, ni hayan visto al Mayor Clásico "arrebatado".

Son "grandiosos", sin haberse parado nunca al lado de Juan Luis Guerra para medirse con su tamaño, ni haber visto nunca el "petardo" del programa "Grandiosas".

Son "efervescentes", sin haber nunca bebido una sal Andrews "para el hígado" por la mañana para quitarse la resaca de una jumeta.

Son "espectaculares", con tantos años que ya Tito Campusano no presenta "Sábado Espectacular", con su eslogan de "el que más se ve cada sábado".

Son "maravillosos", con tanto tiempo que ya Raphael no canta "maravilloso, corazón, maravilloso", todo "partido".


Son "alucinantes", cuando ya Tommy Show no hace sus shows de magia, por tres pesos y un picapollo chino.

Son "galacticos", sin haber visto El Imperio Contra-ataca, de La Guerra de las Galaxias".

Son "de ensueños", sin haber besado nunca los maravillos y suaves labios de Sharmín Díaz.

Son "impactantes", sin que nunca una "voladora" le haya impactado por detrás un carro nuevo Mercedes Benz, acabado de comprar.

En fin señores, han agotado todos los adjetivos calificativos y superlativos del diccionario de la Real Academia, y nos faltan más.

Pero zorro se rinde...es demasiada estulticia.