Radiografía del vago dominicano

En el país de los vagos

Aunque hay quienes tratan de tapar el sol con un dedo, para no mirar la realidad, este es uno de los paises donde más vagancia hay, y con más gente viviendo del cuento.
Una nación de trabajadores, pero con una contraparte nada agradable: Los vagos.
Mientras los teóricos  del marketing se regordean hablando de “marca país”, la del vago es una de las marcas que forman parte de nuestra identidad sin que los sociólogos se preocupen por observar ni enfocar ese fenómeno.
Y claro, tienen sus motivos, pues una de las profesiones y carreras universitarias  donde más vagos hay, es en la sociología.
Solo hay que ir a la calle El Conde  para ver a los sociólogos teorizando, con un moñito y un “macutico debajo del brazo, “privando” en hippie, con un desfase espantoso. ¡Quieren más vagos que esos!.
Por algo han bautizado El Conde como la calle de los vagos…
Y lo mismo dicen del parque Colón y el de la Padre Billini, sin contar el Enriquillo. Aquí es que más parques de vagos hay.
Y la denominación se extiende por todo el país, pues en San Cristobal así llaman al parque principal. (Radhy Miranda cuando vivía en San Cristobal en los años 70 dejó de ir ahí cuando comenzaron a identificar el lugar como el Parque de los Vagos; lo recordamos bien).

Pero los vagos están por todas partes, siempre al acecho de a quien le van a pedir una “ventana” (veinte pesos) para "un pasaje" que siempre “completando”, sin mencionar a los que piden 50 y 100 para "un desayuno",  o "una cena". Que se molestan si tú les dices que no tienes menudo, y hasta se  ofrecen para ir a cambiar el dinero. Si caes en ese gancho, en vez de cien, de seguro que te va a "cortar" con 200 por la "diligencia" del cambio, pues su tiempo y su trabajo hay que pagarlo.

El días pasados un amigo llegó tarde a una entrevista  porque estuvo 15 minutos esperando a un vago, al cual le dio dinero para que cambiara una de mil, y darle una gratificación. ¿Creen ustedes que eso sea posible?.

De eso se trata. El vago cree tener derechos adquiridos para vivir del cuento como profesión, y cuidado con ofrecerle un trabajito o encargarle alguna tarea por paga.

Lo aceptaría, siempre y cuando no conlleve un gran esfuerzo, porque "ciertas condiciones aplican", obviamente  las del vago.

Los vagos a veces enmascaran la profesión para disimular. Y uno de los recursos es la de meterse a parqueador, con unos tikets fotocopiados para cobrar por adelantado un espacio público que no es suyo, y por una vigilancia al vehículo que nunca se verifica, pues desde que cobran se van al otro extremo "a picar" a otros conductores, con su chaleco mamey flourescentes, como partre de una fementida "organización municipal" que han hecho con ellos.

Hay también vagos que se convierten en “buscones”, que si cruzas por la Pasteur te ofrecen buscarte una “muchachona”, lo mismo si estás en Boca Chica, donde las que proponen entonces son "muchachitas".

Están los vagos que reclutan muchachas para la fiesta vespertina sabatina  que hace un general en una casa  donde hay desfiles de pasarelas en bikini alrededor de la piscina.

Son vagos con especialidades que andan con carnet de las Fuerzas Armadas para que nadie los moleste.

En la farándula  los lugares más frecuentados por los vagos son las entradas de los  canales de televisión, donde se presentan programas artísticos y musicales en vivo. ¡Cuidense de Bocará!.

Invariablemente estarán ahí acechando a los artistas, y a los conductores de programas con la clásica frase de “siempre te veo”, “eres el mejor”, “eres una gloria del arte”, “el mejor cantante”, “te veo desde que yo era chiquitico”, y otras frases que usan poniendo a uno viejo.

Están de igual manera los vagos de los polos turísticos engañando extranjeros…Los vagos que se erigen en guías en los lugares históricos, los de iglesias que se alzan “con el santo y la limosna”.

Sin contar los vagos de la política, que siempre están en las afueras de los actos públicos, en los funerales de famosos, y frente a las sedes de los partidos políticos en tiempos de campaña. ¡Ahí es que se pica!. No en vano les dicen “los pica pica”.  

Los políticos que manejan la idiosincracia del vago dominicano, no salen sin su fardo de las papeletas de a cien pesos, que van a repartir en el día. Porque ¡ay de aquel que no de nada!…

No hay mejor temporada para el vago que la Navidad.
Te asaltan en todas partes pidiendo “su navidad”, como si tú tuvieras la navidad de ellos. Con la agravante de que la piden  “doble”, como si fuera un “doble sueldo”.

El vago resume en esencia la habilidad, la experiencia, vivencias y  trucos  de subsistencia del “tiguere dominicano”.

Grande es cuando logran viajar al extranjero, a países con mayor desarrollo el nuestro y donde se mueve más el dinero.

Ahí es que son grande ellos, ganando en dólares y en euros sin dar un golpe.

Eso de que en Nueva York todo el mundo tiene que trabajar para poder vivir es un mito.


Sino, pregúntenle a los vagos dominicanos, que a diario le viven disparando a la gente “con la de mito”.