Cuando los sapos bailan boleros

Si lo que necesita es un pedazo de carne, ¿para qué comprar la vaca entera?

Dicen que los únicos momentos de felicidad del dueño de un bote, es cuando lo compra y cuando lo vende.

Por ello es insensato el que usted por un afán de ostentación adquiera una embarcación que luego tiene más arriba de la cabeza, debido a que raramente lo usa, y como quiera tiene que pagar por el mantenimiento y su cuidado en un atracadero, en un embarcadero, o en su casa tapado con una lona, donde a veces, sin usted percatarse "los sapos bailan bolero", como dice la canción.

¿Para qué hacer una inversión tan cuantiosa, si usted no le va a dar el uso debido?.
Es mejor hacer lo de Toño Rosario, en los años 90 cuando vivía en Miami, que si quería pasear por la costa  alquilaba un yate, en el cual se retrataba "briseando" con su traje de capitán marinero.

Toño en esa época estaba haciendo lo correcto, aunque lo único malo  fue que se publicaron fotografías en los periódicos, dando entender que era el propietario de la embarcación, "gancho" en que muchos cayeron al creerlo.

Es parte del mercadeo de los artistas, que alquilan hasta carros Lamborghini Aventador para "aventarse" y retratarse.

Pero siguiendo con el alquiler de los botes es una manera práctica de vivir la vida, porque si usted lo que necesita es un pedazo de carne, ¿para qué comprar nuna vaca entera?.

Tampoco es práctico usted comprar una casa campestre que raramente va a visitar,  solo para que los empleados y trabajadores la aprovechen, cuando hay tantas ofertas de alquiler de viviendas iguales, que usted solo usará el tiempo que le interese.

Sería lo mismo que comprar todos los equipos  y cámara de una empresa de cine, para hacer una película, cuando son servicios que se pueden alquilar, y es lo que todo el mundo hace.

Lo mismo va con aquellos que inmediatamente obtienen dinero y elevan su estatus se compran una finca.
Como un amigo ex empresario artístico en San Cristobal, que cuando usted va a su finca aquello da pena, con los centenares de frutos podridos en el suelo, porque nadie los recoje ni los aprovecha.

Claro está que cualquiera a su dinero y propiedades le da el uso que quiere y le da la gana.

Solo que hay estilos y comportamientos  que a final de cuentas no satisfacen ni le dan calidad a la vida.

Se reducen a puros caprichos.

Zorro...