Si ves que la noche se está cayendo, déjala caer...no la detengas

Están cambiando la zona…

Gigi

¿Viste como va quedando la zona?
La están remodelando, y me parece genial la intervención, aunque sé de antemano que la misma no es de tu agrado.
Anoche  note que los muros de la ciudad se erguían gélidos, pero altivos, y sentí que una sombría figura acechaba mis pasos y movimientos...¿Eras tú, Gigi?
No se por qué me detuve en la escalinata  donde solíamos sentarnos a conversar sobre literatura.
Tú tan pura, tan casta, con tu sonrisa aún no contaminada, en medio de la ciudad más antigua de América.
Una ciudad que se nutre de mitos y de leyendas, como aquella de los licántropos que se encaraman en los  muros de la catedral para molestar al cardenal, y las viejas matronas de pelaje hirsuto que aparecen en noches de luna llena.
Viejas fantasmagóricas que se resisten al paso del tiempo, que se levantan cada mañana con el tañido de las campanas, a rezar tres padre nuestro y un avemaría para empezar el día, fornicando en la conciencia dormida, sin remordimientos ni penas qué lamentar.
Cuando la prensa anunció tu muerte número 40 no quise leer la noticia. Pero me dio pena saber que el galpón ardió toda la noche y justo se apagó antes del alba, cuando aparecieron las viejas rezanderas que azaran mi existencia.
Debo decirte que suelo purificarme en el mismo lugar de siempre... levitando, mientras acaricio los sueños de un mágico encuentro, anclado en el tiempo, contando una y otra vez la misma historia, sin olvidar que los elfos navegan entre mis fantasias inciertas de poeta noctámbulo.
El entorno está cambiando, y se llena de luz la ciudad colonial...
Talvez sin proponérselo están empujando a los fantasmas de la zona hacia lo desconocido.
Me dirás que antes estaba mejor, y te entiendo, porque tu naturaleza no te permite amar la la luz, y por ello prefieres la oscuridad.
Ustedes los fantasmas son así. Pero en verdad, nunca me he propuesto cambiarte ni esperar a que cambies.
Después de todo, eres mi fantasma favorita...Y sé que no está lejano el día en que podrás reflejar tu imagen en los espejos, como es tu anhelo, para poder perpetuarte en el tiempo,  por los siglos de los siglos, amén.