Una ciudad sin malecón, es como una casa sin ventanas...(Zorro)

El malecón de La Habana, con orgullo por los habaneros y elogiado por muchos por su horizonte, ciertamente con  skyline fenomenal, presenta sin embargo caracteristicas diferenciadas  con otros, por su falta de vegetación y su barandilla tipo muro New Jersey de los que se usan para dividir las carreteras. Es sin embargo uno de los lugares emblemáticos y más apreciados de La Habana.

Bueno, si de vista se trata, el horizontes de ciudad de Panamá desde el malecón es sencillamente impresionante. Se le tiene como uno de los mejores skyline latinoamericanos, donde si se puede hablar de un "Nueva York Chiquito" como diría Leonel de esta vista del exclusivo sector de Paitilla. El malecón, sin embargo posee características muy pobres. Una simple pared que a cada momento hay que estar pintando.

 Este es el malecón de San Pedro Sula, una de las más importantes ciudades de Honduras. Muy adornadito y bonito, pero la barandilla  más bien es un mirador, no para sentarse, con un tubo que parece de los que se usan en los muelles para los barcos descargar combustible. Pero, a quien Dios se lo dio, San Pedro Sula... 

El malecón de Veracruz, en México, es el más clásico de todos. Apreciable en sus luminarias, los bancos, la amplitud y simetría de su calzada, muy disfrutado por los turistas que lo visitan y pasean en él, con sus grandes hoteles al solo cruzar la calle. Ahí está, imponente, imperial y señorial.

El malecón de Mazatlán, con un diseño y un concepto totalmente diferenciado, apuntando a lo moderno. Es el más largo de México.

El malecón de La Paz, en la Baja California Sur, que por lo visto debe ser prohibido para los borrachos, porque cualquiera se cae...

Y así llegamos al malecón de Santo Domingo, con su barandilla que sirve de banquetas,  sus viejas palmeras africanas, de casi 80 años de existencia ahí paradas, resistiendo las inclemencias del tiempo, los ciclones, las guerras, la clavadera de letreros para hacer promoción, y que años atrás les pintaban la falda de blanco con una pintura de cal muy nociva. El urbanista extranjero que las sembró vino hace 25 años al país y se sorprendió de que todavía estuvieran en pie, con tantos maltratos. Una parte importante del malecón se encuentra sometida a una remodelación al estilo del Ayuntamiento, que dura años, detenida en el tiempo, como sucedió con el parque eugenio María de Hostos.  Es el área más emblemática de la capital dominicana, donde concluyen todas las celebraciones. Cuando triunfa un equipo de pelota de la capital, la celebración invariablemente es en el malecón.Los desfiles militares...los conciertos y espectáculos para recibir el año nuevo. Los triunfos de los partidos políticos en las elecciones. Los desfiles de carnaval, que aunque ahora los trasladaron para la Máximo Gómez, su lugar ideal siempre ha sido el malecón.

Ojalá muchas ciudades contar con  un malecón como el de la capital dominicana, que empieza  desde el kilométro doce de la  carretera Sánchez , cruza el puente flotante, y se va a la zona oriental hasta la autopista las Américas, como esta foto en que vemos el tramo de la Avenida España. Ahí lo ven...alegre, juguetón, orgulloso, hermoso, frondoso, con sus olas rompientes...Es nuestro malecón.

Nuestro país es tan prodigioso en atractivos, que no solo hay malecón en la capital, sino en ciudades importantes como Puerto Plata, la Novia del Atlántico, que también posee un paseo costero formidable, impresionante, elogiado por todos, para el disfrute de criollos y extranjeros. El de Puerto Plata es un malecón que no tiene que envidiarle nada a ningún otro, de aquí o de fuera.

Otra ciudad dominicana  orgullosa de su malecón es Barahona, la Perla del Sur, con su barandilla de banquetas similares al de la capital, que convoca al pasatiempo y al esparcimiento, permitiendo una mirada al mar, las montañas y el puerto.

San Pedro de Macoris, La Sultana del Este (todas las grandes ciudades costeras tienen su título) no se queda atrás con su malecón  remodelado, con sus aceras construidas con Dióxido de Titanio para darle un color rosado, como pueden ver. San Pedro, también llamada la Ciudad de los Bellos Atardeceres, posee un encanto especial con su malecón "cocolo", lleno de folklore, de gente que exhibe con orgullo su cultura y su tradición.