jueves, 16 de julio de 2015

¡Digan, whisky!

En la época en que no había restricciones para el consumo de bebidas alcohólicas, ni la coletilla de que “el consumo de alcohol es perjudicial para la salud”, en Londres habían máquinas dispensadoras que lo mismo te servían un refresco, una taza de café, que una bebida de whisky. ¡Vean a qué precio!. En esa época el alcohol todavía no estaba satanizado. Con el tiempo esas máquinas desaparecieron, aunque en Tokio las vimos en las calles, más grande, en forma de nevera de refrescos, pero que también sirven bebidas alcohólicas. Aunque con ciertas restricciones, pues luego de las 11 de la noche, automáticamente se bloquean y no sirven alcohol.  Aquí esas máquinas no se pueden traer. ¿Se imaginan que una se niegue a servirle un trago a un borracho dominicano con el "pico caliente"?. ¡Hasta ahí llegaría!...

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