Lo que algunos no ven...

Cuando lo urbano en la TV resulta en vano

Hay  gente en la televisión que ha orientado sus programas  hacia la música urbana, por un asunto de moda, siguiendo una tendencia, procurando captar al segmento joven de la teleaudiencia.

Si bien es cierto que logran el propósito, al hacer más bulla y aumentar la audiencia,  la misma no refleja ni produce un aumento proporcional en la facturación.
Las agencias de publicidad conminan a los programas a que eleven sus niveles de audiencia, para colocar sus anuncios, y cuando lo consiguen entonces no les dan los contratos que esperaban.

¿A qué se debe ese hecho?

Sencillo, a que al blanco de público a que se han enfocado no son gente de consumo, y los anunciantes y publicistas lo saben con las mediciones que hacen, en los segmentos A. B. y C.

Los productores de esos programas creen que “se la están comiendo” con la hemorragia de urbanos, a la que se han orientado,  pero al final de cuentas no han hecho más que afilar cuchillo para su garganta en lo que a venta se refiere.

En cambio, los programas dirigidos a un público más heterogéneo y diversificado, que consume noticias, música popular, humor, tienen más facilidad de conseguir anunciantes de bancos,  telefónicas, electrodomésticos, productos comestibles, cervezas, tiendas por departamentos, automóviles, hoteles, restaurantes, en fin, todo lo que la gente adulta puede comprar y consumir.

Y es que la muchachada del "dembow" y el "hip hop" por lo general no trabaja y nadie es tan tonto como para colocar por ejemplo el anuncio de un banco, cuando la mayoría  de ellos son mantenidos o apenas son estudiantes.

Pasa lo mismo que las discotecas orientadas hacia los jóvenes.  Es más lo que gastan en electricidad, luces y aire acondicionado que lo que recaudan en caja, porque usted las ve llenas, pero de muchachos que no consumen, que se pasan la noche entera con una cerveza caliente en la mano.

En cambio hay otras, dirigidas a un público adulto, donde puede ir un pelotero y de una sola sentada consumir 100 mil pesos, sin contar los que están bebiendo champagne, whisky 12 años y hasta Blue Label.

Igual ocurre con la televisión. El que se enfoca hacia los urbanos, como vemos muchos programas, tiene que saber a qué atenerse,  y no perder de vista el hecho de que masifica pero no vende.


Lo decimos, porque luego usted los ve dándose golpes en el pecho y echándole la culpa al medio, diciendo que "la cosa está mala", sin reparar en detalles como el que estamos advirtiendo.

Esto no es un asunto de fanatismo, sino de realidades.