Por Johnny Arrendel
Los principios de la Etica Periodista indican claramente que no se debe manejar la información con el propósito expreso de dañar.
También hay que precisar que, aunque parezca no ser así, las figuras públicas tienen derecho a que se respeten determinados grados de su intimidad.
Por eso creo que contra la actriz Carolina Félix se cometió una bajeza y un acto de crueldad al exponerla de manera aviesa ante el público mientras trabajaba con decoro en un restaurante de Madrid.
Veamos lo que dice el reconocido experto en Etica Periodista, el colombiano Javier Darío Restrepo, al analizar el abordaje de aspectos privados de las celebridades:
“Los famosos, lo mismo que cualquiera persona tienen derecho al respeto de su intimidad sólo que su condición de personajes públicos disminuye la esfera de su intimidad.
En el caso de un deportista, las enfermedades que influyen en su rendimiento deportivo, que en otras personas corresponderían a su intimidad, en el deportista famoso son un asunto público.
Pero los demás aspectos de su vida, sus relaciones de familia, por ejemplo, deben ser respetados no tienen por qué convertirse en noticias.
El de la intimidad es un derecho que está relacionado con la dignidad de las personas y con el respeto que se les debe.
El de la intimidad es un derecho que está relacionado con la dignidad de las personas y con el respeto que se les debe.
Lo íntimo es propio de la estructura interior del ser humano, y crea una esfera reducida a la que cada persona puede permitir o negar el acceso.”
Es decir, que cuando se toca un punto verdaderamente delicado, que puede afectar el estatus de la figura, el comunicador tiene la obligación de valorar si la información que posee requiere ser publicada por ser de alguna utilidad para la sociedad.
En otra de sus respuestas a consultas sobre Etica Periodística, Restrepo expone lo siguiente:
“Las figuras del espectáculo, las celebridades, los poderosos, también son tema periodístico cuando ponen en riesgo o destruyen valores: el campeón que asesina o estafa, el que se dopa, la estrella homicida que no responde por su acción, etcétera.
Si el periodista, al desarrollar estos temas, defiende el bien público y da elementos y motivos a los receptores para hacerlo, cumple su función.
Pero el acercamiento periodístico a estos asuntos, cuando se hace por la vía fácil del curioseo y de responder a la curiosidad y al morbo, produce una forma degradada del periodismo, y una información del más bajo nivel.
Entonces no se defiende el bien público, sino la circulación o el rating, no se genera la dignidad de lo humano, sino que se la ofende y destruye, que son los logros del sensacionalismo.”
Absolutamente todas las figuras públicas, al igual que el resto de las personas que desempeña roles sociales, tienen aspectos de sus vida que por interés propio mantienen en las sombras, corresponde al comunicador que llega a manejar tales datos sopesar la pertinencia de publicarlos.
Pero sucede que la línea entre el palo periodístico y el ejercicio vil y destemplado es muy frágil.
Precisamente, la capacidad de discernir sobre que puede y debe salir a la luz es lo que define al comunicador confiable.
Desde mi punto de vista, los jóvenes conductores del espacio “Dando Candela”, de Fidelity 94.1, se dejaron llevar de la emoción. Imaginen que se intente ridiculizar a la inmensa mayoría de exponentes artísticos y comunicadores que no viven propiamente de su imagen, sino que para compensar, realizan actividades paralelas.
Y por supuesto que esa realidad no atañe solo a los artistas dominicanos, sino que acontece en todo el mundo, prácticamente.
Mientras tanto, aunque pasó por un mal momento mediático, es indiscutible que a posteriori, Carolina Félix sale beneficiada como estandarte de la mujer dominicana que trata de salir adelante a toda costa, mediante el trabajo digno.
arrendel como que los temas que estas tratando ultimamente son tan personales como tu cepillo de dientes.Si quieres progresar agarrate de otras vainas de mayor interes popular.
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